Conocer a Daniel ha sido una experiencia muy extraña, porque cuando lo vi me quedé muy confusa. Yo pensaba que iba a ser chico. Tan chico como Miguel, por ejemplo, pero era aún mucho más chiquitillo. Mis padres me explicaban que Miguel era así cuando nació y que ahora es más grande porque ha crecido. ¡Vaya si ha crecido! ¿pero cuándo? ¡Yo no me he dado cuenta!
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