jueves, 29 de enero de 2009

Sin ganas

Hoy jueves he tenido un día muy duro. Primero me despertaron mis padres algo más temprano de lo habitual porque íbamos a ir a la guardería andando, dando un paseito como lo llama papá. El camino es muy largo para mí pero, sin embargo, se me hace corto. En el camino, papá y yo contamos papeleras, corremos al cruzar los pasos de cebra, doy un gran salto en el último escalón de las escaleras, esquivamos las cacas que los perros dejan en las aceras, saludamos a un policía que vemos todos los días, como también hace Caillou con su papá, algunos coches nos pitan porque son amigos de papi y cuando nos damos cuenta ya me está papá levantando en brazos para que yo toque el timbre de la puerta de la guardería. Luego cuando me recoge hacemos lo mismo pero al revés, menos lo de tocar el timbre.

A mí me divierte más ir andando a la guardería que ir en coche, lo que pasa que con la lluvia y con el frío de la mañana llevábamos un tiempo yendo en coche. Tampoco está tan mal. El coche es un poco más rápido pero no mucho.

Lo segundo por lo que fue duro el día es porque cuando llegué a casa, normalmente me escondo detrás de alguna cortina de la casa para hacer caca, pero hoy mis padres me pusieron en el váter, obligándome, contra mi voluntad para que hiciese caca. A mí no me gusta hacer caca en el váter. Les había prometido muchas, muchísimas veces que al día siguiente haría, pero esta vez no me creyeron y me tiré un buen rato llorando sentada en el váter sin ganas de hacer caca.

No me dejaron levantarme hasta casi dos horas después, sin haber hecho caca. Les prometí que haría después, aunque tampoco hice. Y es que realmente ya se me quitaron las ganas. De verdad.

Os coloco una foto mía justo antes de ir a la guardería.


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