Un sol, a veces

¡Jo, que energía tengo! Desde que me he levantado esta mañana no he parado ni un poquitín. En cuanto me tomo el biberón es como si me pusieran una pila alcalina como un melón de grande.

Antes de vestirme con el uniforme del cole ya estoy poniendo los juguetes por todos los lados de la casa, mientras vamos a la guardería en el coche voy dando patadas al asiento delantero y no paro de preguntar cosas. Ya hablo hasta por los codos.

Hoy justo después de la guardería hemos ido a casa de los abuelos Pepa y Felipe. Allí estaba tita Rosi y luego llegó tita Cristina. Jugué con todos un buen rato. Pintando, viendo los álbumes de fotos, cogiendo cosas de aquí y de allí. No paro en el carrito, no paro en el ascensor. Hoy incluso he ido con papá a tirar la basura y a comprar el pan y me quería meter para dentro de la panadería y coger todos los panes que pudiera. Corro por el portal, por el pasillo, echo agua fuera de la bañera. Un nervio vamos. Pero después del biberón de la noche, cuando me siento en el sofá entre mami y papi, de repente, soy un sol.

Le digo a mi mami:"aaay cuanto quiero" y luego intentando abrazar a los dos digo: "todos juntos" y aunque sea por un momento me quedo quietecita entre los dos, y voy cerrando los ojitos poco a poco con mi chupete apunto de caerse de los labios, hasta que llega el instante en el que estoy profundamente dormida y probablemente soñando con Los Lunnis o con la casita que hay debajo del tobogán en el parque, entonces irremediablemente me vuelco hacia un lado y siempre caigo, como por arte de magia, dentro de la cuna.