lunes, 26 de diciembre de 2016

Muchas cosas

Los días van pasando tan rápidamente que cuando te das cuenta han pasado las semanas, y las semanas, a su vez, van con tanta prisa que los meses pasan sin darte cuenta. Y así, sin darnos cuentas hemos llegado a las navidades directos casi desde el verano, y nuestro estupendo viaje a París y Disneyland.

Pero no creáis que no hemos hecho nada, al contrario, no hemos parado de vivir experiencias.

A finales de verano, estando todavía de vacaciones, fuimos a celebrar el cumpleaños del tito padre, José Luis, a una casa con piscina que tiene en Torrox. ¡Qué bien lo pasamos!

En septiembre celebramos el cumpleaños de mamá, en el parque cerca de casa, con su familia, y también en el restaurante chino los cuatro juntos y lo pasamos muy bien en las dos celebraciones.

El octavo cumpleaños de Miguelito lo celebramos en un parque de bolas -al que a él le gusta-  con sus amigos del cole y del fútbol.  Y también fuimos un día a la pizzería que él quería y por supuesto a la feria, que empieza el día de su cumpleaños.

También celebramos el cumpleaños de mi padrino José Miguel y la abuela Pepa se operó la rodilla y ya está casi totalmente mejorada.

Y ahora ya, de repente, estamos en Navidad. Las notas de mi hermano y la mía son muy buenas y nuestros padres están muy contentos. Ahora solo hace falta que seamos más ordenados.

Y antes de olvidarme, os deseamos felices fiestas a todos. Un beso muy grande.




martes, 30 de agosto de 2016

¡En Disneyland París!

Sí, parece increíble pero no lo es, o sí, bueno, da igual. La cosa es que hemos estado en Disneyland París y ha sido súper súper súper chulísimo. Primero estuvimos en París cuatro días y después otros cuatro días en Disney. Ha sido muy cansado pero también muy divertido. No hemos parado de ver cosas, desde bien temprano hasta bien tarde. Hemos hecho muchísimas cosas como podéis imaginar y todas muy divertidas.

De París todo nos ha encantado. A mí me ha gustado mucho la entrada al Louvre, toda la plaza, los jardines, la pirámide de cristal, el arco del triunfo del carrusel, la simetría de los edificios. Todo era precioso. A Miguelito lo que más le ha gustado ha sido la torre Eiffel. Por primera vez quería hacerse fotos él solo, para enseñárselas a sus amigos por whatsapp. También nos encantó un tobogán de cinco plantas por el que nos tiramos. ¡Era espectacular! Subíamos por un ascensor y no parabas de dar vueltas. ¡Chulísimo!

En París tomamos tortitas con nutella, crêpes de distintas formas, batidos, helados y bastantes hamburguesas con patatas fritas. Una cosa que nos encanta a mi hermano y a mí es montarnos en medios de transportes distintos. Furgonetas, aviones, funiculares, metros, autobuses descapotables de dos plantas, los Bateaux Mouches incluso en pasarelas mecánicas y ascensores inclinados como los que suben en la torre Eiffel. Nos encanta montar en cosas distintas.

Disney es un lugar perfecto para los niños. Atracciones por todas partes, a cada cual más chula, comidas sabrosísimas. Todo decorado pensando en los niños. Había pasacalles y un espectáculo final cada día que te quedabas con la boca abierta sin poder evitarlo. Lo pasamos genial. Aquí os dejo un par de todos y os iré contando más cosas conforme se me vayan ocurriendo. ¡Qué lastima que todo ya acabó!


lunes, 15 de agosto de 2016

En el Bosque y Grazalema

Pocos días después de regresar de la casa rural de Teba, casi con el tiempo justito para deshacer las maletas, lavar la ropa y volver a llenarla, nos fuimos de nuevo esta vez a El Bosque, en la provincia de Cádiz, a un hotel rural que ya conocemos bien, el hotel Las Truchas. Sólo íbamos a pasar el fin de semana, es decir, dos noches pero tres días, que no es poco. Más que suficiente para pasarlo bomba. Y más cuando no íbamos solos sino que también estaban nuestros amigos Sagrario y Miguel con sus tres hijos: Dani, Jaime y Gabriel.

La mayor parte del tiempo lo pasamos jugando en la piscina, con la pelota de agua, o con las pistolas de agua, bien equipados con las gafas de natación, pero también jugamos al parchís, y al billar. Y un día fuimos de excursión por el sendero del río Majaceite, estuvo muy divertido. La única cosa mala fue que de repente empezó a sangrarme en abundancia la nariz. No es algo que me ocurra muy a menudo, pero me ocurre. Por suerte no estábamos muy lejos de un albergue y allí encontramos un baño donde poder curarme.
  
En el fin de semana no sólo descansamos sino que también disfrutamos de lo lindo de la gastronomía típica de la sierra de Cádiz. De remate -como dice mi abuelo Felipe- hicimos una parada para almorzar en Grazalema, en el camino de vuelta. Es un pueblo donde mi madre pasó cursos completos dando clases. Mis padres tienen bonitos recuerdos de aquella época.


domingo, 31 de julio de 2016

La habitación arcoiris en Teba

Ya tenemos desde hace mucho tiempo el verano metido encima de nuestras cabezas, y con él el calor sofocante, el sudor y las ganas de tomar un refresco fresquito. Menos mal que nosotros vivimos muy cerquita del mar Mediterráneo y que siempre que podemos vamos a la playa y nos refrescamos bastante. Además en casa tenemos aire acondicionado y a pesar de que nuestros padres nos dicen que hay que mirar por el dinero que cuesta el fresquito, la verdad es que ni mi hermano ni yo estamos muy atentos a lo que eso supone y cada vez que tenemos calor encendemos el aire sin miramientos. Es tanto así que ya lo hacemos casi inconscientemente.

Por si todo lo anterior no fuese suficiente, también vamos a veces a alguna que otra piscina que tienen algunos amigos y familiares. Nos encanta ir a la piscina. Además también realizamos alguna que otra escapada con los amigos o la familia y vamos a pasar un fin de semana a un hotel o a una casa rural, donde es obligatorio que haya piscina. Este año, hace un par de semanas, nos juntamos con unos amigos y fuimos a Teba, a una casa rural donde nos reunimos y lo pasamos genial. Lo cierto es que hizo mucho viento. Tanto que por ejemplo mi padre, que no es muy amigo de remojos, ni se bañó. Mi hermano y yo nos bañamos y mucho pero no tanto como solíamos, porque con tanto viento apetecía mucho menos. No importó, lo pasamos genial igualmente.

En el cuarto que nos quedamos nosotros había una decoración estupenda, por lo menos para mí, y en parte por eso nos decidimos por nuestra habitación, ya que insistí bastante para que nos quedáramos allí. Al final la habitación nos sirvió un montón de veces como sala de fiestas y lo pasamos genial en ella.

En la fotos fiestera se puede ver, de izquierda a derecha:
Miguel, Celia, Dani, Laura (trepando a la cama), 
Martina (sentada tranquilita), Sofía y Lucas (disfrutando de la mosquitera).

lunes, 4 de julio de 2016

En Chiclana con escayola

Ya sabéis que mi hermano es bastante inquieto y que mis padres se pasan todo el día diciéndole Miguelito estate quieto, Miguelito ten cuidado que te vas a caer, Miguelito mira por donde andas, Miguelito un día de estos te vas a hacer daño... y así cada día cientos de veces. Pues más tarde o más temprano ese día llega y ya no hay vuelta atrás. Miguelito estaba en el patio del colegio, durante la hora del recreo, jugando al fútbol y en un regate pisó la pelota y como la pelota es de espuma se dobló el tobillo y cayó con tan mala suerte que apoyó la mano con una mala postura y se fracturó un dedo y se desprendió una articulación.

Ese mismo día ya iba con una escayola. En realidad era una escayola de esas que son por abajo escayola y por arriba venda. Un auténtico rollo. Una escayola es una molestia siempre pero tener escayola justo cuando te vas a ir a un hotel a Chiclana con piscina y con todo incluido, lo es aún más. Y eso justamente fue lo que pasó.

Nos fuimos a Chiclana, aunque el coche pinchó una rueda y tuvimos que cambiarla antes, lo que nos retrasó un par de horas la salida, y Miguelito estuvo todo el fin de semana con escayola y tuvo que ponerse una funda cada vez que se metía en la piscina y no podía sumergirse ni nada de eso. Aunque no lo creáis, aún así lo pasamos superbien, y Miguelito fue bastante responsable con la escayola y no la mojó.

Lo pasamos genial todos juntos. Aquí en esta foto se puede ver lo bien que lo pasamos. No hace falta nada más para comprobarlo.

Por orden de izquierda derecha:
Miguel, Daniel, Laura, Martina, Celia, Sofía y Lucas.

jueves, 30 de junio de 2016

La lámpara y la Wii

Como todo lo malo y desastroso de la casa no siempre lo iba a ocupar mi hermano, el último fin de semana de mayo mamá se fue a trabajar y papá se quedó en casa con nosotros y tras mucho insistirle conseguimos que nos pusiese la Wii en el salón. Como siempre hacemos, apartamos la mesa hacia el fondo para que quede un buen espacio entre la televisión y el sofá para poder disfrutar de amplitud para jugar con libertad de movimientos.

Pero, ay, tanta libertad de movimientos hizo que, en un momento intenso del juego, en uno de esos momentos que hay que darlo todo, yo, con todo lo larga que soy y con el mando de la Wii en la mano, salté para hacer un smash jugando al tenis y así aplastar a mi hermano y ganar un punto. Pero tanto estirarme y tantas ganas puse que golpeé la lámpara del salón con mucha fuerza. ¡Crash!

Después de todo tuvimos suerte, porque después de romper una de las tulipas de la lámpara del salón y de salpicar y expandir un montón de cristales por el salón, no hubo ningún herido. Lo peor de todo es que mi padre vino a ver cómo jugábamos cinco minutos antes y me dijo que tuviera cuidado con la lámpara no le fuese a dar un golpe. Fue decirlo y ocurrir.





miércoles, 8 de junio de 2016

Valiente pirata

Por todos es sabido que mi hermano Miguel es un niño inquieto y que a veces es o muy bruto o muy torpe, y en algunas ocasiones las dos cosas juntas. Recientemente fuimos a la oficina donde trabaja papá a visitarlo y allí estaba Pepe, que nos regaló a mi hermano y a mí una regla de plástico que también sirve como marcador de páginas. Muy chulas.  Un regalo estupendo... si se sabe utilizar.

Miguelito nada más salir de la oficina se puso a lanzar la regla para arriba para cogerla después. Un juego simple y tontorrón. Pero como lo hace tantas veces y pasan las cosas que pasan,  la regla se le vino a clavar con la punta en el ojo, con tan mala suerte que se lesionó la cornea del ojo derecho. Como la oficina de papá no está muy lejos del médico mamá lo llevó para que lo viera el pediatra. Parche en el ojo durante unos días. ¡Valiente pirata!

Por suerte no fue nada muy grave y ya está más que recuperado, pero cualquier día de estos nos da un disgusto más gordo. Se ve venir.

lunes, 23 de mayo de 2016

¡Diez añitos ya!

Llegó el día de mi cumpleaños y cayó en sábado y no tuve que ir al colegio. Mis padres me entregaron sus regalos de cumpleaños la noche anterior, que como siempre me encantaron, y les pedí ir a almorzar a mi pizzería favorita, que está en el paseo marítimo de Fuengirola donde cocinan una lasagna que está riquísima. Así que allí nos plantamos. ¡Qué bien comimos! Y además hizo un día estupendo. Muy soleado pero fresquito.

Desde allí fuimos a tomar helado a Tita Fina, otro sitio de los que están entre mis favoritos, donde me tomé un helado bien rico. Después toda la tarde en casa, pasándolo bien, donde mis padres y mi hermano me sorprendieron con una tarta y me cantaron feliz cumpleaños. Incluso soplé las velas. El resto de la tarde lo pasé con mis cosas y disfrutando, porque la verdadera fiesta de mi cumpleaños la celebré el jueves siguiente. 

Ya hacía tiempo que tenía ganas de celebrar mi cumpleaños en una bolera en la que yo había estado en otro cumpleaños. Así que desde hacía unas semanas que teníamos reservada la bolera para celebrar mi cumple. En la bolera, además de varias boleras, hay futbolines, mesas de billar y cosas así. Sitio de sobra para que todo el mundo lo pasara estupendo. Vinieron todos mis primos menos Natalia, que juntos con mis tíos tenían un viaje pendiente al día siguiente,  los abuelos estuvieron y casi todos mis titos. ¡Y mis padrinos claro! También vinieron algunas amigas mías del cole con las que me lo pasé muy bien. En definitiva fue un cumpleaños muy bien celebrado y donde me lo pasé superrequetebien!!

viernes, 29 de abril de 2016

Recibiendo premios

El viernes pasado, justo el día antes de mi cumpleaños, se entregaban en el colegio los premios culturales del curso. Yo andaba muy ilusionada porque esperaba que me entregaran un par de ellos, y así fue. Mi padre pudo pedirse libre la mañana en el trabajo para estar asistir, así como también vinieron mi abuelo Miguel y Rosa y mi abuela Pepa y mi abuelo Felipe. Mamá tuvo que llegar tarde porque no tenía fácil venir a verme. No importa porque yo sabía que aunque ella no estaba allí, en realidad sí estaba, como mi abuela Pepi.

Gané el primer premio de poesía, y recibí una gran copa por ello. Además salí a recitar mi poema delante de todo el mundo. Muchos nervios y a la vez mucha ilusión. También gané otra copa, algo de menor tamaño, por ser finalista en la categoría de cómic. Y, por si fuese poco, también recibí un diploma en la  categoría de cuento. Como final de fiesta bailamos todos los niños juntos un baile en el patio del colegio. Fue muy divertido y nos lo pasamos bomba. Habíamos ensayado los días anteriores y nos salió muy bien, la verdad. Mi hermano Miguel, que estuvo en la grada todo el rato presente, también bailó. Este año no pudo recibir ningún premio, pero el año pasado sí que se llevó.

Al terminar la fiesta en lugar de volver al colegio o regresar al comedor, nos fuimos con todos juntos a almorzar a la calle.

Por la tarde, mamá regresó al trabajo, y papá, Miguelito y yo fuimos juntos al cine y vimos El libro de la Selva. ¡Nos encantó! Después pasamos un buen rato en el parque que hay cerca de casa de nuestros abuelos con nuestros primos Lucas, Martina y con tita Cristina .
Mamá vino a recogernos en cuanto salió del trabajo. ¡Vaya día más completo! ¿a que sí?


lunes, 28 de marzo de 2016

Semana Blanca cultural

La última semana de febrero en nuestra provincia es la Semana Blanca, que es una semana en la que ni mi hermano ni yo tenemos colegio, por lo que es una semana superdivertida. En esos días siempre solemos ponernos al día con los líos de la casa. Ya sabéis, ordenar una estantería, tirar las cosas que vamos acumulando y no necesitamos y cosas así. Lo que mi padres llaman aprovechar el tiempo. 

Pero también llevamos a cabo actividades como estar tumbados en el sofá viendo la tele, o tirados en la cama leyendo algún libro, o haciendo un puzle o cosas así. También se da la circunstancia de que en Semana Blanca nuestra madre también está de vacaciones y nos hace comidas especiales y, en general, podemos descansar más de lo normal. En eso consisten las vacaciones.

Por desgracia mi padre no tiene vacaciones de Semana Blanca, pero como algo excepcional este año se pidió la mañana del viernes, de manera que pudimos ir a desayunar a la calle y después a visitar el Museo Ruso San Petersburgo de Málaga. Mis padres tenían ganas desde hace tiempo de ir a visitarlo. Está chulísimo y a mí me encantó. Creo que le gustó hasta a Miguelito, que es de los cuatro al que menos le gustan los museos.

En la foto salimos mi madre, mi hermano Miguelito y yo. Estamos posando delante de uno de los cuadros más chulos que hay, o al menos el que más me gustó. Se llama Carnaval y es de Borís Kustódiev. Está chulísimo.

Después del museo visitamos uno de los restaurantes que más le gustan a mi padre. El restaurante Iñaki, que no está muy lejos de allí. No es la primera vez que vamos, y tampoco será la última. ¡Qué rico todo! Ya estoy deseando que pongan una nueva exposición en el museo para hacer otra visita al Iñaki.

jueves, 3 de marzo de 2016

Un mundo de fútbol

A mi hermano Miguelito le gusta mucho el fútbol, muchísimo diría yo. Se pasa el día entero alrededor del fútbol. En la estantería que hay sobre la cama tiene siempre las estampas de fútbol, las repes. Las mira, las remira, las lee y las relee, parece que se las estuviera aprendiendo de memoria, y en realidad es así. Se sabe los nombres de casi todos los jugadores, y también la altura. Mira todos los datos que vienen en las estampas. Luego tiene el álbum, que ya ha completado, y cuando digo completado quiero decir eso. No le falta ni una sola estampa.

En su mochila siempre lleva una pelota para jugar en el recreo y para después del comedor. Puede que se le olvide la libreta de matemáticas o el libro de inglés pero la pelota seguro que no. En el ipad y en el ipad mini está siempre jugando al fútbol. No para. Desde que se levanta hasta que se acuesta va con la cabeza agachada jugando al fútbol en la pantalla. Aparte tiene entrenamiento dos tardes a la semana en su equipo de fútbol, y los fines de semana partidos con su equipo. Y para colmo mis padres le han sacado recientemente el carnet de fútbol del Málaga de la segunda vuelta, de modo que ahora cada dos semanas va a la Rosaleda a ver partidos. Mi padre le ha conseguido un asiento junto a ellos y va más contento que unas pascuas. Además está resultando ser talismán.

Nada más que esta temporada ya ha visto en la Rosaleda al Atl. Madrid (1-0), Getafe (3-0), Barcelona (1-2) y al Real Madrid (1-1). No sé si me olvido alguno. Y ya ha visto muchos de los mejores jugadores de la Liga. Encima, por si fuese poco, se van a darse unas comilonas antes de los partidos que vaya.


lunes, 29 de febrero de 2016

Star Wars: El despertar de la fuerza

Justo el día después de nuestra excursión a Rute y de ver el Belén de chocolate y la comilona en la Venta Talillas, al día siguiente fuimos al cine para ver el séptimo episodio de Star Wars.

Para ver el último capítulo de Star Wars primero tuvimos que ver los seis capítulos anteriores, que se dice pronto. Mi padre vio que mi hermano y yo estábamos como dos bobos abducidos viendo el anuncio de la tele con la boca abierta y nos preguntó si nos gustaría verla. Y gritamos ¡Sí! Entonces nos dijo que estaba dispuesto a llevarnos al cine para verla cuando la estrenen pero que antes deberíamos conocer la historia completa. De cabo a rabo. Así que desde casi ese primer día fuimos aprovechando los fines de semana y los cuatro juntos en el sofá del salón con un buen bowl de palomitas nos fuimos viendo las seis películas anteriores, una detrás de otra. Cada día una claro.

Conforme más Star Wars veíamos más nos gustaba. A mí me gustaba pensar que pilotaba una nave espacial como Leia, a través de la inmensidad estrellada del universo y a mi hermano Miguelito el personaje que más le gusta es Anakin, ese niño tozudo que parece tener todas para llegar algún día a ser un Jedi aunque luego, bueno, todos deberíais saber a estas alturas lo que le pasa luego a Anakin, pero por si acaso no voy a ser yo la que destripe una parte importante de la trama. A mi padre le gusta mucho Yoda y también Chewbacca y en general a todos nos gusta R2D2 y C3PO.

Cuando por fin vimos las seis películas, una detrás de la otra, por el orden que mi padre creyó que era el mejor para nosotros, por fin estábamos preparados, de manera que el domingo 3 de enero fuimos a la sesión matinal y en una sala donde la ofrecían en 3D vimos Star Wars: El despertar de la fuerza, acompañados de un gran cubo de palomitas, claro.
 
Después de la película fuimos a la Pizzería Mamma Mía a comer pasta. Nos encanta la pasta. Los espaguetis son la comida favorita de Miguel y yo estoy indecisa de si me gustan más los espaguetis o la lasaña. ¡Qué rica está la pasta!


domingo, 28 de febrero de 2016

El Belén de chocolate

Todavía estábamos de lleno en las fiestas navideñas, era dos de enero, ya habíamos pasado el fin de año en casa de los abuelos Pepa y Felipe y mis padres planearon ir a Rute, donde todos los años preparan un Belén de chocolate, sí de chocolate. Parece extraño pero es así. Cada figura del belén, cada animalito, cada pequeño arbusto, camello o establo, todo, absolutamente todo, está fabricado con chocolate. Es divertido y curioso  pero entraban unas ganas de comer chocolate que no veas.

Había allí bastante gente que había pensado lo mismo que nosotros y tuvimos casi que ponernos en una fila para ir lentamente andando frente al Belén. Al final de la visita te regalaban una pastillita de chocolate. Y nosotros no pudimos evitar comprar una tableta de chocolate. Ya que estábamos allí teníamos que probarlo. Además del Belén de chocolate también visitamos el museo del turrón. Todo fue muy entretenido. Ademas había una especie de Belén de Disney donde se veían escenas de las distintas películas de Disney. En realidad éste me gustó más.

Cerca de Rute, sin tener que dar un rodeo muy grande está Villanueva del Trabuco, donde hay una venta que a mi padre le gusta mucho, la Venta Talillas. De manera que llamó por teléfono y reservó mesa. En un rato pequeño nos plantamos en la Venta. Unas migas, un flamenquín y mi padre un plato de choto que yo probé y estaba riquísimo. ¡Qué bien comimos! ¡Incluso nos trajimos comida de sobra!

Quedamos en que si podíamos el año que viene repetiríamos, sino Rute sí la Venta Talillas. Umm

sábado, 30 de enero de 2016

En el Parque de las Ciencias

La misma mañana siguiente después del partido de Unicaja en la Euroliga, aún en diciembre del años pasado, fuimos a Granada. La intención de mis padres era quedar con unos amigos suyos, Rebeca e Iñaki, y lo hicimos en el Parque de las Ciencias de Granada. Un sitio chulísimo para visitar.

El Parque de las Ciencias de Granada es inmenso. Lo primero que visitamos fue una exposición sobre el Titanic. Realizamos la visita con audioguía y aunque es un poco larga fue entretenida. En esa primera exposición lo que más nos gustó fue la maqueta a escala del Titanic. Se podían ver los detalles del interior y como estaba aún en construcción pudimos contemplar el inmenso trabajo que contiene. También pudimos ver por primera vez una impresora en 3D. ¡Qué chula!

Después de esta primera exposición nos reunimos en el hall principal del Parque con Rebeca e Iñaki, y todos juntos fuimos a ver una exposición en la que estaba Ötzi, el hombre de hielo, con más de 3200 años en sus deterioradas espaldas. La exposición se llamaba: Momias. Testigos del pasado, y no es una exposición cualquiera. Estaba llena de momias de distintas partes del mucho y de distintas civilizaciones.  Entre muchas de ellas había sobre todo momias americanas y momias egipcias, todas feísimas y al mismo tiempo algo siniestras. Eran como monstruos disecados que parecía que en cualquier momento iban a volver a la vida y a agarrarte del cuello con sus afilados huesos. Por suerte nada de esto pasó y salimos de la sala sanos y salvos. ¡Qué alivio!

Bajamos al centro de Granada andando, en un largo paseo, hasta un restaurante donde almorzamos estupendamente. Rebeca nos enseñó su recién estrenado tatuaje. ¡Qué valiente tiene que ser Rebeca! Iñaki dejó a Miguelito boquiabierto con su chubasquero de la Real Sociedad, que era muy grande pero cabía en un bolso muy pequeño. A partir de ahí todo fue pasear por calles llenas de encanto. Quedamos en una cafetería con unos amigos de Rebeca e Iñaki, y tomamos alguna bebida, luego también tomamos una estupenda porción de tarta de queso que Iñaki nos invitó. Dijo que estaba riquísima y la verdad es que decía la verdad. Nos despedimos apresuradamente de ellos porque cogimos un taxi y regresamos al Parque de las Ciencias. Aún nos dio tiempo a holgazanear un poco más por el Parque hasta que nos echaron. Ya de vuelta a casa, en el coche, todos echamos un buen sueño. Bueno todos menos papá que tenía que llevar los ojos bien abiertos. Otro día estupendo para recordar.

jueves, 28 de enero de 2016

En el Martín Carpena

Sin esperarlo mi padre nos preguntó si nos gustaría a mi hermano y a mí acompañarlo a ver un partido de baloncesto. Fue así, sin venir a cuento, ni siquiera él lo había preparado con antelación. Su amigo Miguel, el padre de Dani, Jaime y Gabriel, le dijo que igual podía conseguir unas entradas para el partido, y que él y Dani iban a ir a verlo, que si nos queríamos apuntar. Un partido de basket, del Unicaja en el Martín Carpena. ¡Otra experiencia nueva!

En muchos de los días cuando vamos en coche de camino a Málaga siempre le preguntamos a nuestros padres qué es el estadio que se ve desde la carretera y siempre nos dice que es el Estadio del Unicaja, el equipo de baloncesto de la ciudad de Málaga.

Era un lunes y el partido iba a ser un martes, y tanto mi hermano como yo no lo dudamos ni un segundo y decidimos asistir. Así que el martes, tan pronto como salió mi padre del trabajo vino a casa a recogernos y tiramos para el estadio. Como llegamos pronto, aparcamos bien.

El partido de baloncesto era el primero de la segunda ronda de Euroliga, y era contra el equipo turco, Darussafaka Dogus. El partido fue muy emocionante y el Unicaja terminó ganando por 70 - 62, pero al descanso perdía por 29 - 32 y empezamos a sospechar lo peor, aunque punto a punto el Unicaja fue tomando una ventaja que nos tranquilizó. Lo pasamos muy bien, la verdad y ya estamos deseando volver para animar a nuestro equipo, ¡el Unicaja!

miércoles, 20 de enero de 2016

Todos a una

El día después de Navidad, a pesar de que estábamos cansados y de que además teníamos muchas ganas de quedarnos en casa jugando con nuestros nuevos juguetes, fuimos a Alhaurín de la Torre donde mi hermano jugaba un torneo con la categoría B de su equipo. Como muchos niños estaban fuera, resultó que les faltó gente, de modo que el entrenador del B se llevó a dos del equipo A, los dos más pequeños creo yo. Allí jugaron tres partidos y perdieron los tres. ¡Vaya carita que traía al acabar los partidos! Aunque luego, la verdad, es que se lo pasa pipa.

Pero mientras estaba jugando el torneo, su entrenador del A, preguntó si le daría tiempo de llegar a otro campo a jugar otro partido, de manera que nada más acabar un torneo nos fuimos a un memorial, también en Alhaurín de la Torre, solo que en otro estadio.Llegamos justo para saludar a sus amigos y seguidamente calentar (¿calentar?) y jugar el partido. Ganaron 6-0. ¡Jo qué contento estaba! Sólo él pudo marcar tres goles más. Tiró dos fuera por poco. Uno por apenas una palma por encima del larguero y otro rozando el palo, con el portero batido totalmente, y otro tiro dio en el palo. ¡Qué mala suerte! No le importó, porque lo verdaderamente importante es que ganaron el partido.

Regresamos a casa y Miguelito estaba reventado y no me extraña. Yo también y bueno, todos, pero la vida es así, hoy te esfuerzas por tu hermano o tus padres, y mañana ellos se esfuerzan por ti.


jueves, 7 de enero de 2016

Una Navidad imperial

El día de Navidad, después de abrir los regalos de casa y darnos un gran desayuno, recomenzamos a poner orden en la casa porque esperábamos que vinieran tita Rosi y tito Chiqui con nuestros primos Daniel y Laura. Los abuelos Pepa y Felipe también se unieron a nosotros en casa el día de Navidad, y más tarde, a la hora del café, vinieron tito Francisco, tita María José y nuestra prima Celia.

Comimos estupendamente de nuevo, porque Mamá es una magnífica cocinera -por si no lo he dicho antes- y durante la tarde jugamos un montón con el primo Daniel a la Wii. Lo pasamos en grande. Al final yo me fui a mi cuarto a jugar con Celia, mientras que mi hermano y Daniel se quedaron más rato jugando a la Wii. Pero cuando la tarde estaba. Después del café jugamos todos juntos al bingo. El bingo es un juego muy divertido, porque puedes ganar una buena cantidad de dinerito con sólo tener un poco de suerte. ¡Yo tuve un poco de suerte y gané una línea!

Cuando terminamos de jugar al bingo y todos los titos, primos y abuelos se fueron, nos quedó la casa hecha un patatal, pero nos pusimos los cuatro manos a la obra y en apenas una hora devolvimos la mesa a su lugar, el árbol a su esquina, las cajas de juguetes a su sitio. Los juguetes, los cubiertos, los vasos. Todo de vuelta a su lugar. Cada cosa a su sitio y es que quien quiere conseguir algo, un esfuerzo le cuesta.

Nosotros queríamos ver el tercer episodio de Star Wars, porque recientemente habíamos comenzado a ver la serie y queríamos verla completa antes de ir al cine a ver el episodio séptimo, por eso nos dimos tanta prisa. Finalmente conseguimos recoger todos los líos de modo que pudimos ver el episodio tercero, donde estaban pasando cosas muy intensas en el Imperio. Y aunque acabamos muy tarde no importaba porque al día siguiente estábamos de vacaciones. ¡Yiiiiha!


martes, 5 de enero de 2016

Nochebuena en casa

¡Hola! ¡Buenos días! ¡Y Felices fiestas a todos! ¡Y feliz año nuevo! Vaya cómo ha empezado el año. A ver por donde empiezo a contaros todas las cosas que estamos haciendo últimamente. Creo que lo mejor será comenzar por el principio.

Lo primero que suele ocurrir justo antes de comenzar las vacaciones son las notas. La verdad es que este año tanto mi hermano como yo hemos sacado muy buenas notas, con muchos sobresalientes y algunos notables y un sólo bien. Yo he sacado todo sobresaliente menos en matemáticas, porque tuve unos pequeños errores tontos y al final sólo me quedé con un notable. El resto todo sobresalientes y con muchos dieces.

Miguelito también ha tenido muy buenas calificaciones. Él ha sacado cinco sobresalientes, dos notables y un bien en educación artística y es que parece que le gusta mucho hacer el payaso, pero ha prometido que en la próxima evaluación va a tener más seriedad en las clases. Para ser el primer año que hace exámenes no está nada mal.

Justo después de las notas llegaron las vacaciones y con ellas la Nochebuena y la Navidad. Este año las dos primeras fechas señaladas las íbamos a celebrar en nuestra casa, por lo que nos pusimos manos a la obra y tanto mi hermano como yo ayudamos muchísimo. Para el día de Navidad vinieron a nuestra casa mis padrinos Mari Carmen y José Miguel y también los abuelos Pepa y Felipe. Montamos la mesa grande en el salón y comimos muy pero que muy bien. El día anterior habíamos ido a hacer una compra gigante y todo salió estupendo. ¡Mamá es una gran cocinera! Papá Noel dejó para mi hermano y para mí en casa de los padrinos una Wii con muchísimos juegos. ¡Jo, qué sorpresa! No lo hubiésemos imaginado nunca. A mi padre también le trajeron unos auriculares estupendos que le encantaron y a mi madre un juego de la Wii para mantenerse en forma. Estuvimos toda la tarde jugando con un la Wii. ¡Qué divertido! Acabamos cansadísimos de tanto jugar.

A la mañana siguiente, el día de Navidad, despertamos pronto para ver si Papá Noel había dejado algún regalo en nuestra casa. ¡Y vaya si se acordó! A mí me trajo un libro del Diario de Nikki, un bolso de un búho y un joyero que me encantaba, a mi hermano un libro de fútbol, coches de Hot Wheels y un monopatín naranja. A mamá una caja de perfume y unos botines negros y a mi padre una sudadera del Málaga y un libro que le hizo mucha ilusión.