jueves, 3 de marzo de 2016

Un mundo de fútbol

A mi hermano Miguelito le gusta mucho el fútbol, muchísimo diría yo. Se pasa el día entero alrededor del fútbol. En la estantería que hay sobre la cama tiene siempre las estampas de fútbol, las repes. Las mira, las remira, las lee y las relee, parece que se las estuviera aprendiendo de memoria, y en realidad es así. Se sabe los nombres de casi todos los jugadores, y también la altura. Mira todos los datos que vienen en las estampas. Luego tiene el álbum, que ya ha completado, y cuando digo completado quiero decir eso. No le falta ni una sola estampa.

En su mochila siempre lleva una pelota para jugar en el recreo y para después del comedor. Puede que se le olvide la libreta de matemáticas o el libro de inglés pero la pelota seguro que no. En el ipad y en el ipad mini está siempre jugando al fútbol. No para. Desde que se levanta hasta que se acuesta va con la cabeza agachada jugando al fútbol en la pantalla. Aparte tiene entrenamiento dos tardes a la semana en su equipo de fútbol, y los fines de semana partidos con su equipo. Y para colmo mis padres le han sacado recientemente el carnet de fútbol del Málaga de la segunda vuelta, de modo que ahora cada dos semanas va a la Rosaleda a ver partidos. Mi padre le ha conseguido un asiento junto a ellos y va más contento que unas pascuas. Además está resultando ser talismán.

Nada más que esta temporada ya ha visto en la Rosaleda al Atl. Madrid (1-0), Getafe (3-0), Barcelona (1-2) y al Real Madrid (1-1). No sé si me olvido alguno. Y ya ha visto muchos de los mejores jugadores de la Liga. Encima, por si fuese poco, se van a darse unas comilonas antes de los partidos que vaya.


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