Todavía estábamos de lleno en las fiestas navideñas, era dos de enero, ya habíamos pasado el fin de año en casa de los abuelos Pepa y Felipe y mis padres planearon ir a Rute, donde todos los años preparan un Belén de chocolate, sí de chocolate. Parece extraño pero es así. Cada figura del belén, cada animalito, cada pequeño arbusto, camello o establo, todo, absolutamente todo, está fabricado con chocolate. Es divertido y curioso pero entraban unas ganas de comer chocolate que no veas.
Había allí bastante gente que había pensado lo mismo que nosotros y tuvimos casi que ponernos en una fila para ir lentamente andando frente al Belén. Al final de la visita te regalaban una pastillita de chocolate. Y nosotros no pudimos evitar comprar una tableta de chocolate. Ya que estábamos allí teníamos que probarlo. Además del Belén de chocolate también visitamos el museo del turrón. Todo fue muy entretenido. Ademas había una especie de Belén de Disney donde se veían escenas de las distintas películas de Disney. En realidad éste me gustó más.
Cerca de Rute, sin tener que dar un rodeo muy grande está Villanueva del Trabuco, donde hay una venta que a mi padre le gusta mucho, la Venta Talillas. De manera que llamó por teléfono y reservó mesa. En un rato pequeño nos plantamos en la Venta. Unas migas, un flamenquín y mi padre un plato de choto que yo probé y estaba riquísimo. ¡Qué bien comimos! ¡Incluso nos trajimos comida de sobra!
Quedamos en que si podíamos el año que viene repetiríamos, sino Rute sí la Venta Talillas. Umm
Había allí bastante gente que había pensado lo mismo que nosotros y tuvimos casi que ponernos en una fila para ir lentamente andando frente al Belén. Al final de la visita te regalaban una pastillita de chocolate. Y nosotros no pudimos evitar comprar una tableta de chocolate. Ya que estábamos allí teníamos que probarlo. Además del Belén de chocolate también visitamos el museo del turrón. Todo fue muy entretenido. Ademas había una especie de Belén de Disney donde se veían escenas de las distintas películas de Disney. En realidad éste me gustó más.
Cerca de Rute, sin tener que dar un rodeo muy grande está Villanueva del Trabuco, donde hay una venta que a mi padre le gusta mucho, la Venta Talillas. De manera que llamó por teléfono y reservó mesa. En un rato pequeño nos plantamos en la Venta. Unas migas, un flamenquín y mi padre un plato de choto que yo probé y estaba riquísimo. ¡Qué bien comimos! ¡Incluso nos trajimos comida de sobra!
Quedamos en que si podíamos el año que viene repetiríamos, sino Rute sí la Venta Talillas. Umm
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