domingo, 8 de enero de 2012

La cabalgata

El día de la cabalgata es uno de mis días favoritos del año. Mientras papá estaba en el trabajo, y los demás en casa, mi madre se preocupó de tenerlo todo preparado. Ordenó toda la casa, preparó los desayunos primero y después el almuerzo, nos bañó, nos dio de comer y nos vistió, así que cuando papi llegó ya estaba todo hecho. Tan sólo faltaba que él almorzase y que mamá se preparase para irnos a ver la llegada en helicóptero de los Reyes Magos. ¡Qué emocionante y qué calor!

Nos habíamos preparado muy bien con todos nuestros abrigos y todo eso y al final nos tuvimos que quedar en mangas de camisa. ¡Cuánto sofoco! Los Reyes llegaron bien, que es lo que a mí me importaba y tenían muchísimos pajes.

Con nosotros vinieron a ver la llegada de los Reyes los abuelos Pepi y Miguel, la abuela Pepa, tita Rosi y Daniel y también Lidia y Elena y Sagrario, Miguel, Juani, Daniel y Jaime. Y nosotros éramos una muy pequeña cantidad de personas comparados con todos los que después estaban, como nosotros, disfrutando de la cabalgata.

La cabalgata fuimos a verla a Los Boliches que es por donde comenzaba y así pudimos verla entera y después ir a tomar una merienda.

Durante la cabalgata llegó tito David, al que nos hizo mucha ilusión ver, porque no lo esperábamos, y Miguel se puso muy pero que muy contento. Cogimos dos bolsas enteras de caramelos. ¡Cuántos caramelos cogimos! A Miguel le encantó ver las carrozas paseando por la calle, sobretodo la de Cars y la de Tarzán, aunque a mí las que más me gustaron fueron la de Kitty y la de Cenicienta.

Como coger caramelos es muy cansado, fuimos junto con Sagri, Juani, Miguel, Daniel y Jaime a una cafetería que está en Los Pacos donde nos tomamos unos batidos y unos pasteles riquísimos. ¡Qué cansada estaba!

Después de merendar volvimos a casa donde tuvimos que darnos prisa porque no teníamos mucho tiempo para preparar unas pocas cosas porque se estaba haciendo tarde. Les preparamos a los Reyes una pequeña bandeja con unos mazapanes, un poco de turrón, algunos mantecados y roscos, agua para los camellos y un vaso de leche para ellos, por si necesitaban retomar fuerzas. Recogimos todo muy bien recogidito y todo muy ordenadito para que los Reyes se diesen cuenta que somos muy ordenados y buenos.

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