Esta misma mañana estaba mi hermano paseando por la cocina y se encontró que en la basura de plásticos que hay en el lavadero había una moto de color rojo, una de sus favoritas. Entonces llamó a mi padre porque él no llegaba a cogerla. Mi padre le explicó que la moto estaba rota, que le faltaba una rueda y que se podía hacer daño con la moto rota, y que por eso decidió tirarla. Miguel puso una carita muy triste, y yo, que en ese momento estaba junto a él, le dije que no pasaba nada y le recordé que él tenía otra moto, fui rápidamente al salón para buscar la moto, la encontré y se la llevé a la cocina. Era otra moto pero de color verde, algo más chica, pero también tenía rota la rueda. La rueda seguía allí pero estaba colgando. Miguelito cogió su moto verde, le miró la rueda, se quedó pensando y se la ofreció a papá para que la tirara a la basura también. ¡Toma, papá, está rota!
1 comentario:
Vaya, la verdad es que ha sido todo un acto bonito por parte de Miguel... es difícil que un niño acepte que le tiren un juguete a la basura... muy bien Miguelito!!! Creo que vas a ser todo un ciudadano cívico!!!!
Besos!!!
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