domingo, 22 de mayo de 2011

Coches

Mi hermano se llama Miguel pero bien podría llamarse el tonto de los coches por dos razones. La primera y principal es porque le encantan los coches de juguete. Tiene coches de todos los colores, tamaños y formas: amarillo, gris, rojo, azul, verde, negro, naranja, blanco... y algunos, además, de colores repetidos. Vayas por donde vayas de la casa hay coches por todos lados: por el suelo, en la mesa, en el sofá, sobre la cama, debajo de las sillas, en los estuches de los colores. Coches por todos lados, pero donde más le gusta ponerlos aparcados, lo que podríamos considerar su parking o garaje de descanso, es en el salón delante de la estantería donde están las copas, como si fuesen trofeos de los que presumen sus coches.

Otra razón por la que es el tonto de los coches es porque en cuanto se monta en nuestro coche, se duerme en menos de un minuto. Echa la cabeza hacia el lado, cierra los ojos y no hay que esperar mucho para que esté dormido.

Tanto le gustan los coches, que le gustan hasta los anuncios de coches.

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