Este pasado domingo hemos vuelto a ir al teatro, y no ha sido una ocasión cualquiera, sino que ha supuesto la primera vez que mi hermanito Miguel ha ido a ver una obra, con tan sólo dos años y tres meses. En cambio ha sido ya mi tercera vez . Mis padres no estaban muy seguros de si iba a resultar una buena idea eso de llevar a Miguel al teatro, pero al finalizar la obra estuvieron muy contentos con la decisión tomada. La obra se llamaba Percuta y Minuta.
Al principio de la actuación el chiquitín estaba algo distraído, pero conforme fueron avanzando en la obra Miguelito mostraba más interés. Mis padres se reían mucho al verlo sentado, quietecito, con la boca abierta y los ojos como platos mirando hacia el escenario. Yo, sin embargo, me aburrí un poco, y es que no me gustó tanto como las dos obras anteriores, porque no había ninguna princesa ni ningún príncipe ni estaba Calliou, pero sí que me reí cuando el hombre se tiró un gran peo al subir unas escaleras, y también participé cuando había que tocar las palmas y cosas así.
A Miguel le gustó la obra más que a mí, porque en la obra se tocaban muchos instrumentos musicales y a Miguel le gusta mucho la música, sobretodo la que hace mucho ruido, por lo que le gustó mucho ver cómo un hombre tocaba una batería.
Después del teatro yo estaba loca por volver a casa y es que me notaba algo cansada y soñolienta. Resultó que tenía algo de fiebre. Fuimos a parar a una pizzería que estaba muy cerca del teatro, donde me tomé unos macarrones buenísimos y un postre de chocolate para chuparse los dedos. Después volvimos a casa en coche, donde me eché una buena siestecita y en casa pasé un buen rato viendo los dibujos.
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