lunes, 3 de enero de 2011

Las bolsas de cotillón

El fin del año 2010 lo pasamos en casa de mis abuelos Pepi y Miguel. Estuvimos solos los seis pero no veas la que liamos allí, sobre todo mi hermano y yo. Resulta que mi abuelo nos tenía preparadas dos bolsas que se llaman de cotillón, pero que son dos bolsas con un montón de cosas dentro: trompetas, serpentinas, máscaras, bigotes y narices postizas con gafas incluidas y más cosas de ese tipo. Miguel y yo lo pasamos genial. Nos pusimos como locos.

Al rato mi hermano se durmió. No pudo aguantar hasta la hora de tomarse las doce uvas. Yo sí y me las comí, aunque una se me cayó al suelo, pero rápidamente mi madre me la cogió y me la comí, pero sin que sirva de precedente. Fue muy divertido vernos a todos comernos las uvas a dos carrillos. Después estuvimos un rato más viendo la tele, y jugando a algunos juegos, mientras nos hinchábamos a turrones, pero llegó la hora de irse para casa porque estábamos allí desde el año pasado. En serio.

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