jueves, 1 de julio de 2010

Un tres y un siete

En casa tenemos dos teles pero, sin embargo, sólo usamos una, la otra prácticamente nunca se enciende siquiera. Pero llegó el día en el que España jugaba un partido muy importante del mundial de fútbol, ese que le gusta tanto a papá y encendimos las dos. Una en cada lado del salón. Mamá pasó la tarde del día anterior cocinando tortillas, y preparando cosas en casa, papá fue al supermercado para traer todas las cosas necesarias. Y cuando todo estaba por fin listo, fueron llegando poco a poco casi todos los que esperamos.

Aparte de mamá, de papá y de Miguelito fueron viniendo el abuelo Miguel y la abuela Pepi; tita Rosi, tito Chiqui y Daniel; tita Mª José con su barrigón y tito Francisco; abuela Pepa y abuelo Felipe, mi padrino José Miguel; Pepe; tita Ana, tito Paco y Natalia; nuestra amiga María José; tita Cristina y tito David; Nieves y Mariano, y entre todos ellos estaba yo, con mi camiseta de España y con la cara pintada de los colores de la camiseta y con la cara pintada, como todos los que estábamos allí. No se escapó nadie.

Y de postre hubo tarta, con unas velitas encima donde primero iba un tres y después un siete, que eran los años que cumplió mi padre el viernes. ¡Qué buena celebración! ¡Qué bien lo pasé!

Pd: España ganó uno a cero a Portugal.

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