El sábado pasado después del cine nos quedamos a comer en un restaurante que hay justo al lado. Un Burger King con hamburguesas como las que anuncian en la tele. Me tomé una hamburgesa, como también hicieron mis padres, pero a mí, con mi comida, me venía de regalo un pequeño caballito de trapo. Muy chiquitín. En cuanto lo vi le dije a mis padres que a mi hermanito Miguel también le iba a gustar mucho.
No comí todo lo que me pusieron porque estaba llena de palomitas, pero sí me tomé todo el zumo y bastantes patatas fritas, pero con la hamburguesa no pude. Era demasiado y además quería dejar un poco de sitio para tomarme un helado con chocolate. ¡Qué buenísimo estaba!
Nada más terminar me fui a una zona de juegos que hay dentro del restaurante y estuve un buen rato subiendo y bajando por escaleras, rampas y toboganes. Cuando me cansé volvimos en coche a casa y un rato después al ver a mi hermano me acordé que había perdido el caballito de trapo. Seguramente lo dejé en la mesa del restaurante. ¡Qué pena! Menos mal que allí hay comidita para él.
No comí todo lo que me pusieron porque estaba llena de palomitas, pero sí me tomé todo el zumo y bastantes patatas fritas, pero con la hamburguesa no pude. Era demasiado y además quería dejar un poco de sitio para tomarme un helado con chocolate. ¡Qué buenísimo estaba!
Nada más terminar me fui a una zona de juegos que hay dentro del restaurante y estuve un buen rato subiendo y bajando por escaleras, rampas y toboganes. Cuando me cansé volvimos en coche a casa y un rato después al ver a mi hermano me acordé que había perdido el caballito de trapo. Seguramente lo dejé en la mesa del restaurante. ¡Qué pena! Menos mal que allí hay comidita para él.
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