martes, 9 de febrero de 2010

Impulsos peligrosos

Pobre Miguel, estaba tranquilamente circulando con su moto por la casa de mis abuelos Pepi y Miguel cuando, de pronto, decidió bajarse de la moto, algo que hace cada vez que quiere sin ningún problema. Se sube y se baja cada vez que le apetece y, aunque subirse le cuesta más que bajarse, lo hace sin mucha dificultad. Pues eso, que decidió bajarse y no se sabe cómo fue a caerse de cabeza y de lleno contra el primer escalón de la escalera en toda la frente. Ahora, sin remedio, luce un morado intenso en plena frente. ¡Vaya adorno!

Pero también pobre de mí, porque después de eso estaba yo jugando con mi hermano en la cama, tumbada de lado y Miguel de pie, justo detrás mía, pero mirándome y con ganas de abrazarme. De apretarme. No hizo otra cosa que tirarse de cabeza hacia mí, con mucho impulso. Con el pecho por delante. Y claro. Cloc. Cabezazos. Miguel y su frente morada contra mi oreja. Jo, cómo lloramos. Miguel no se hizo nada pero yo tengo un pequeña brecha tras mi oreja. Y es que hay que andar con mucho cuidado con mi hermano que tiene unos impulsos un tanto peligrosos. ¡Aaaay!

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