
Pedimos pizza riquísima de esa que trae un hombre vestido de rojo. ¡Buenísima! Pero lo extraordinario es que jugué tanto, corrí tanto y disfruté tanto que hubo un momento en que estaba exhausta y quería irme a mi cama. Estaba destrozada y al día siguiente hay que ir al cole. Y aunque había dormido siesta, ya no podía más. Además tenía ganas de estrenar mis nuevas sábanas de Kitty, que son suaves suaves suaves. Aunque lo que a mí más me gusta es dormir en la camita de mis padres.
1 comentario:
Hola Sofía!!
Pues sí, yo estaba allí para ver lo bonitas y graciosas que son tus sábanas nuevas!! Suaves no sé si serán pero la cara de felicidad y placidez que tienes en la foto lo dice todo!!!
Besitos y que pases un bonito fin de semana
Publicar un comentario