jueves, 27 de septiembre de 2012

Días revueltos

Los días están revueltos y nosotros, en casa, para no ser menos, también. Un día de esta semana, sin venir a cuento, y casi sin enterarme, mientras me colocaba en la fila de entrada al colegio, de pronto me paré, y sin esperarlo, vomité. Rápidamente me recompuse, el profesor José Miguel, que se dio cuenta, nos dijo que nos apartáramos del vómito y que después me acompañaba para limpiarme, pero yo no esperé y me limpié yo solita como si nada. Luego entré en clase de Religión y nadie sabía nada ni nadie se enteró.

Luego está Miguelito que dice que quiere ayudar, y que ya es mayor. ¡Con sólo tres años! Bueno casi cuatro. Y va y dice que sabe quitarse la ropa y meterse en la bañera él solito. Y resulta que a la hora de la verdad, cuando lo hace, va y se mete en la bañera con un calcetín en el pie, porque se le había olvidado. ¡Será posible! ¡El que se cree mayor!

Otro día mi padre muy enfurecido le dice que se ponga a recoger, que tenía todo el salón patas arriba, con juguetes por todos los lados: por lo alto del sofá, por debajo de la mesa, repartidos por todo lo ancho del suelo del salón, por encima de los muebles, vamos, por todas partes. Y le dice que o recoge todo rápidamente o le tira un juguete a la basura. Entonces Miguel, como un relámpago se pone rápido a recoger, pero en cuanto papá sale de la habitación, se pone a jugar, se distrae y en seguida está otra vez sacando cosas en lugar de recogiendo. Cuando papá  vuelve y ve el panorama, le pregunta a Miguel que qué le ha dicho papá que tenía que hacer y como respuesta se encoge de hombros y dice que no se acuerda. ¿Será posible? Y es que es así, de verdad, se le olvida cualquier cosa en dos minutos.

1 comentario:

Tito David dijo...

jajajajaja... me ha hecho mucho gracia lo del calcetín... me lo estoy imaginando metiéndose en el agua con un pie cubierto... jajajaja... qué cosas!!!

Besos