viernes, 17 de agosto de 2012

En el cumpleaños del abuelo Felipe

Cada año, el doce de agosto, mi abuelo Felipe cumple años y cada año invita a toda su familia a cenar en un restaurante. Este año, al final, por una cosa o por otra lo celebró el día antes y nos llevó a un sitio nuevo para casi todos menos para mi mamá y para mí. Mamá y yo habíamos estado en Restaurante El Rancho antes, en una reunión que hicimos allí unas amigas de mi clase junto a las madres. Es un sitio muy especial pues tiene un parque dentro del mismo recito, y además dos castillos hinchables, uno para los más pequeños y otro para los más grandes.

El restaurante además tiene una terraza muy grande sobre un césped, y por las noches es un sitio perfecto para estar mirando las estrellas. La comida, según dicen mis padres, no es ninguna maravilla pero está bien. Para mí, mientras haya helados, casi que todo lo demás me da igual.

Miguel y Daniel se lo pasan bomba juntos pero más de una vez vuelve Daniel diciendo que Miguel le ha pegado, y yo le creo, porque ya conozco bien a Miguel y sé perfectamente lo largas que tiene las manos y me parece a mí que Daniel va a darse cuenta pronto.

Yo me lo pasé muy bien jugando con tito David y con la bolsa de caramelos que trajo la hermana de David, Laura, y su marido, César, que estaban de paso por aquí y se unieron a la fiesta.

Celia estaba guapísima, como siempre, y tanto papá como mamá jugaron mucho con ella, especialmente papá. ¡Está tan graciosa!

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