martes, 28 de agosto de 2012

El puzle de 125 piezas

Vino Nacho a dormir a nuestra casa, e hicimos juntos muchísimas cosas. Una vez fuimos al Zoo, otra al cine, y también a comer al Burger King, y a una pizzería, y a un restaurante, y a la playa, y a la piscina, ¡vaya!, qué buen montón de cosas hicimos. Pero también hicimos cosas en casa. Cosas distintas, pues aunque nosotros tenemos muchos juguetes, muchísimos diría yo, los tenemos muy vistos, pero Nacho no los tiene tan vistos y hace que nosotros veamos maneras diferentes de jugar con las mismas cosas. Es una de las cosas más divertidas de los juguetes, que cuando juega Miguel suele hacerlo a su manera bruta y cuando lo hago yo, aunque sea con los mismos juguetes, suelo jugar de mi manera dulce y delicada.

Una mañana que nos quedamos en casa hicimos un puzle. Miguel estaba entretenido viendo la tele, tirado en el sofá, y Nacho y yo decidimos hacer un puzle que yo tenía en mi estantería y de tanto verlo no le hacía el más mínimo caso. Cuando Nacho y yo hicimos el puzle los dos solos, sin la ayuda de nadie, me puse muy contenta. Aun cuando Nacho ya se había ido, todavía lo hice yo sola una vez más.

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