Este fin de semana también ha sido un fin de semana de aúpa. El sábado despertamos algo más tarde de lo habitual, sobre las diez de la mañana. ¡Jo, qué contenta estaba mami! Teníamos que hacer algunas cosas importantes. La primera era ir a hacerle a Miguel otro análisis de sangre. Bajamos andando pues hacía una mañana muy agradable.
Después, como premio por haberse portado tan bien, nuestros padres no llevaron al Zoo. ¡Qué suerte que tengamos un Zoo en nuestra misma localidad. A Miguel le gustó mucho ver a los monos y a un pez muy grande, que él decía que era un pez espada pero que no lo era, aunque por mucho que se lo repitiésemos, él insistía que sí. ¡Vaya cabezón! A mí lo que más me gustó fue encontrarme con una amiguita mía: Blanca. ¡Lo pasamos tan bien juntas!
Desde el Zoo fuimos directos a la casa de los abuelos Pepi y Miguel. Nuestra abuela había preparado una paella riquísima y también mejillones y gambas. Yo comí mucha paella y Miguel muchos mejillones. ¿No es extraño? Después de merendar con los abuelos volvimos a casa a descansar. ¡Qué sábado más intenso!
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