Hace bastante que no escribo por aquí, y es que entre mis padres que están ultimando la pronta llegada de mi hermanito Miguel y las miles de actividades que ocupan nuestros días no tenemos apenas tiempo. Pero os voy a hacer un muy breve resumen.
El fin de semana pasado me lo pasé en gran parte en casa de mis abuelos Pepi y Miguel porque mis padres tenían una despedida de unos amigos y, por eso me quedé a dormir en casa de ellos. Pero lo mejor fue que también se quedó mi primita Natalia porque mis titos Ana y Paco estaban disfrutando de unos románticos días en Venecia. ¡Qué bien me lo paso jugando con mi prima Natalia!
El lunes vinieron a visitarme a nuestra casa los abuelos Pepa y Felipe porque el martes se iban junto a tita Rosi a su nuevo destino en el trabajo, para que así estuviera acompañada porque tito Chiqui tiene que trabajar y no puede ir con ella, sin embargo, como el abuelo Felipe ya está jubilado pues han ido a acompañarla esta semana.
Además mis padrinos han volado a Nueva York, que debe ser la bomba de divertido porque a mis padres les encantaría ir y mantienen que algún día iran. Por lo visto han de cruzar un charco y se necesita mucho tiempo, casi un día para ir y otro para volver. ¡Jo, cómo de grande debe ser! Además dice papá que las casas allí son tan altas que rascan el cielo. No me lo imagino. Pero yo creo que mis padres exageran bastante porque también me dijeron que en Venecia no había casi coches y que todo el mundo se desplazaba en barcas a las que llaman góndolas. ¡Buah! ¿Quién se cree eso?
También quedamos el miércoles por la noche con los abuelos Pepi y Miguel. Fuimos a lo que todos llaman "tapear" pero yo no sé en qué se diferencia con comer, en este caso cenar. En fin, cosas de mayores, pero a mí también me gusta tapear con ellos, pero mami dice que yo lo que hago es picotear. Lo dicho, nadie los entiende.
Y hoy viernes mami ha venido a recogerme a la guardería. Juntas hemos ido a por papi y seguidamente hemos ido a almorzar junto con tita Cristina y tito David, que desde que tiene un trabajo diferente estará más por aquí. ¡Qué buena noticia! Estuvimos en una terraza muy grande donde corrí de lo lindo.
En esta foto se me puede ver con un disfraz que mi madre se encontró por los cajones, cuando lo vi no hubo manera de impedir que me lo pusiese. Me encanta, aunque suelta puntitos dorados por todas partes. Jó cómo dejé la casa en un ratito.
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