Sopa de cabalacín

Durante esta semana mi madre, cada mañana, me hace un peinado distinto. Algunas veces me hace, como buenamente puede, una coleta, otras veces dos coletas. Me gusta cambiar de peinado. Es divertido. Todo esto lo hace porque por lo visto en mi clase de la guardería hay niños que tienen piojos, que según me ha explicado papi es un bichito muy chiquitito que se mete por los pelos y produce mucho picor. Dice mami que con el pelo recogido hay menos posibilidades de que se me peguen y que es mucho mejor no tenerlos.

Por lo demás todo va bien, aunque mis padres dicen que me estoy volviendo un poco caprichosa. Últimamente no estoy comiendo de todo y a mis padres no le hace gracia. No quiero probar el jamón, por ejemplo. Cada vez que mi madre me pregunta qué quiero comer siempre digo lo mismo: ¡¡sopa de cabalacín!!

En cuanto a mi hermanito Miguel, pues muy bien, es muy bueno, come mucha teta y duerme mucho. Lo más divertido del día para él debe ser cuando lo bañan, pues se está muy quietecito y no dice ni mu. Dice mami que va a ser muy brutote porque tiene mucha fuerza y además da unos eructos muy grandes para lo chico que es.