lunes, 20 de octubre de 2008

En el pediatra

No paro de recibir cantidad de regalos. Es genial, es como unos Reyes Magos pero no todo en un día sino en muchos días y, además, a lo grande. Todo el mundo que viene a visitarme, me trae un regalo y también me dicen lo guapa que estoy y me piden que ayude a mi mami a cuidar del hermano.

No me acuerdo, nada de nada, de cómo era yo cuando era pequeña, pero Miguel está casi todo el rato durmiendo, y cuando no duerme está llorando como un loco por comer. Y así todo el día. Dormir, llorar, comer; dormir, llorar, comer...

Mis padres me dicen que tengo que dar ejemplo porque soy la hermana mayor y Miguel se va a fijar mucho en lo que yo haga. Hoy por ejemplo hemos ido al Médico los cuatro juntos: Mamá, papá, Miguel y yo. Miguel porque tiene dos semanas y yo porque ya hago 2 años y medio. Mis padres le dijeron al médico que me mirara a mí primero porque así el hermanito veía lo bien que me portaba. Y así ha sido. No he llorado nada, ni una lágrima. Me han pesado (16,5 Kg) me han medido (97 cm), me han mirado los dientes, la lengua, los pies, las rodillas, los ojos... y lo he aguantado perfectamente sin llorar, aunque mi trabajo me ha costado. El doctor pediatra me ha dado una medalla de pegatina donde pone que no he llorado nada.

Cuando terminaron conmigo fueron a por mi hermano. Pobrecito, lo ponen a andar aunque no sabe. Yo esperaba que Miguel iba a llorar como yo hacía cuando era pequeña pero no lloró nada. Papi dijo que se comportó como un machote. Él también ha engordado (400 gr), que según el doctor está estupendo. Luego nos fuimos a celebrar que el médico no nos pinchó a ninguno al Baskin Robbins 31.

Os cuelgo la primera foto de mi hermano Miguel con sus padrinos Cristina y David.

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