La última semana de abril, en nuestro colegio, se realizó la semana de la cultura. En ella, durante toda la semana, se llevaron a cabo un montón de actividades relacionadas con la cultura. Una semana superchula, vamos. Mi hermano Miguel junto con los demás niños de las clases de su edad hicieron una presentación alrededor del cuento de El Principito, por lo que tenían que ir todos los niños vestidos de príncipes y todas las niñas de rosa. Mis padres pudieron venir a verle actuar y yo también. Fue muy divertido y todos lo pasamos muy bien, pero sin duda el que lo pasaba mejor de todos era Miguel, que estaba todo el rato riéndose a lo grande.
Cuando bailaba se reía, cuando paseaba se reía, cuando cantaba se reía, cuando tocaba saltar se reía saltando, también. Parece el niño más feliz del mundo. Mi madre dice que era El Principito más guapo de todo el colegio y papá dice que eso depende de quien lo mire, porque lo que es guapo para uno no es lo mismo que para otro. Lo que no cabía duda, según mi padre, es que era el que más se movía de todos.
Después de la actuación de los pequeños se repartieron los premios a los trabajos hechos para la semana de la cultura. ¿Y sabéis qué? Yo me llevé un diploma a finalista. ¡Qué alegría me llevé! Yo no tenía ni idea, ni mis padres ni nadie, y fue superemocionante. De entre todos los niños que hay entre mi clase y la de al lado, yo recibí el diploma. ¡No me lo podía creer! El cuento lo presentamos de forma anónima, iba sin firmar y no nos podían ayudar los padres. ¡Mis padres ni siquiera sabían el título de cuento! Yo lo titulé "La princesa Silvia!, y me hizo muchísima ilusión quedar finalista. Aquí os pongo una foto de cuando recibí el diploma.
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