El jueves de la semana pasada no tuvimos colegio, por los visto había algo así como una huelga de alumnos, y nos que somos alumnos, pues nos quedamos en casa. Bueno, en realidad en casa estuvimos poco tiempo. Por la mañana fuimos al parque que está más cerca de nuestra casa a pasar el rato con nuestras bicicletas, para hacer así algo de deporte. Fuimos con papá que ese día estaba más libre y cuidó de nosotros toda la mañana. Miguel y yo teníamos el parque casi que para nosotros solos, al principio estábamos solos pero luego, casi al final, llegaron un par de niños. Lo pasamos todo el rato con carreras para un lado, carreras para el otro, a veces en bici, a veces a pie. También nos columpiamos y nos tiramos por los toboganes. El parque entero para nosotros. Todo fue muy divertido hasta que ya nos cansamos y nos entró ganas de volver a casa, y eso que papá nos dijo que cuando volviéramos del parque íbamos a hacer deberes que nos iba a poner él. Aun así queríamos volver ya a casa.
Volvimos e hicimos los ejercicios que papá nos preparó. Los hicimos corriendo y bien, y seguidamente vimos un poco la tele hasta la hora del almuerzo, para darnos un buen baño y dirigirnos bien limpitos a Torremolinos donde Miguel tenía visita con el médico. Allí estuvimos más de la cuenta porque el médico llevaba retraso y se acercó la hora de la merienda y nosotros no habíamos merendado y traíamos bastante hambre. Mi padre nos dijo que si nos portábamos bien, al terminar, iríamos a Tita Fina y nos tomaríamos los primeros helados de la temporada. ¡Qué ricos que estaban!