jueves, 17 de enero de 2013

Una locura

Por primera vez desde que Miguel está con nosotros, es decir, desde que nació, en la cabeza de Miguel viven piojos. Bueno, en realidad, viven piojos y liendres. Más liendres que piojos.

El lunes después de bañarnos mi madre decidió darnos un repaso de la cabeza porque en nuestras mochilas hace algún tiempo que nos mandan un papel avisando de que hay niños con piojos en el cole. Mamá y yo ya pasamos lo nuestro hace algún tiempo con los piojos, pero Miguel por una suerte inexplicable nunca tuvo piojos, pero eso ya es historia. Ahora el que tiene piojos es él y no yo, aunque no se me pasa por la cabeza cantar victoria porque de un día para otro el asunto puede cambiar.

Lo bueno es que Miguel tiene el pelo más corto que yo, aunque no muy corto para ser un niño. A él no parece importarle mucho, de hecho casi no se rasca no entendemos muy bien por qué.

Así que como podéis imaginar desde el lunes esta casa es un cambio continuo de sábanas, colchas, cojines, abrigos, pijamas... ¡una locura vamos!

Desde que sabemos que Miguel tiene piojos todos parecemos sentir algo moviéndose por la cabeza. ¡Qué miedo!

No hay comentarios: