domingo, 13 de febrero de 2011

En el barco

Ya os he dicho que mi hermano es un poco loco, pero este fin de semana ya ha sido el colmo. El sábado jugando en casa iba de un lado para otro, y en un momento de locura, muy suyo, con una barita mágica de plástico que tiene, se dio un golpe en la cabeza, sin querer, y seguidamente en lugar de dejar de hacerlo, se dio otro golpe otra vez, pero más fuerte, tanto que ahora tiene un chichón. Luego sí lloró y decía que le picaba y eso pero se lo hizo él solo. ¡Será tonto!Pero bueno es que es muy chiquitín.

El viernes dormimos en casa de nuestros abuelos Pepa y Felipe. Nos portamos bastante bien, sólo quitando que sobre las cinco de la madrugada nos despertamos y nos quedamos despiertos más de una hora. ¡Vaya gracia que le haría a los abuelos! Por lo demás todo fue muy bien. Comimos muy bien y no echamos de menos a mis padres. En realidad sólo un poquitín.

El domingo mis padres nos llevaron al parque más grande que hay en nuestra ciudad, en el que hay un barco gigante donde poder jugar. ¡Nos encanta! Pero hay tanta gente que es difícil incluso jugar. Después llegaron los abuelos Pepi y Miguel que tenían gana de vernos y fuimos con ellos a almorzar a un restaurante. ¡Qué buen fin de semana hemos pasado!

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