Ya han vuelto de su viaje mis abuelos Pepi y Miguel. Han estado en Nueva York, que es el destino más deseado por mis padres. Por lo visto en Nueva York los edificios son altísimos, llegan hasta el cielo, me asegura mi abuelo. Nos han traído algunos regalos que nos han gustado mucho.
Hemos pasado, mi hermano y yo, un fin de semana sin abuelos, unos por estar de viaje y otros por enfermedad de mi abuelito Felipe, que ha estado muy malo con el dichoso virus que le ha ensuciado el estómago. Papá y sobretodo yo conocemos de primera mano lo que ha pasado. Pero ya todo es pasado, ahora todos estamos bien, bueno no, tita Cristina creo que también está algo fastidiada, pero como ella es fuerte seguro que lo supera rápido.
Esta semana me ha costado bastante levantarme por las mañanas, casi ningún día quería ir al colegio. Y es que durante estos días que estaba malita, me tumbaba en el sofá a ver los dibujos, y ya sabéis lo rápido que se acostumbra uno a lo bueno.
Hemos pasado, mi hermano y yo, un fin de semana sin abuelos, unos por estar de viaje y otros por enfermedad de mi abuelito Felipe, que ha estado muy malo con el dichoso virus que le ha ensuciado el estómago. Papá y sobretodo yo conocemos de primera mano lo que ha pasado. Pero ya todo es pasado, ahora todos estamos bien, bueno no, tita Cristina creo que también está algo fastidiada, pero como ella es fuerte seguro que lo supera rápido.
Esta semana me ha costado bastante levantarme por las mañanas, casi ningún día quería ir al colegio. Y es que durante estos días que estaba malita, me tumbaba en el sofá a ver los dibujos, y ya sabéis lo rápido que se acostumbra uno a lo bueno.
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