sábado, 26 de noviembre de 2011

La fiesta de la castaña

Este último viernes ha sido un viernes muy especial, desde luego no ha sido un viernes cualquiera, y es que en mi colegio tenemos una fiesta que me encanta. ¡La fiesta de la castaña! Me pongo muy contenta sólo de pensarlo. Hemos tenido que apuntarnos y pagar un euro por cada uno de nosotros, y con ese dinerito el castañero, que es el hombre que hace las castañas, viene al colegio y asa las castañas en nuestro patio mientras todos vemos como lo hace.

En realidad no es mi primer día tomando castañas porque ya fui un día a comprar castañas con mi padre. Y cuando las probé, pues, eso, que no estaban malas, pero tampoco muy buenas. Mi padre, que se acordaba que yo no me tomé ni una, me dice que para qué vamos a pagar un euro para que yo vaya a la fiesta de la castaña si no me gustan las castañas, que mejor se ahorra el euro y me quedo en clase aprendiendo. Al final, tras muchos te quieros y muchos besos le convencí para que me diera un euro, aunque luego fue mamá la encargada de dármelo, bueno, dárselo a mi señorita. Y así al final pude ir a la fiesta de la castaña.

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