miércoles, 9 de noviembre de 2011

Gusanitos

Ayer, mientras estábamos tranquilamente sentados en el sofá viendo los dibujos y comiendo gusanitos, a mi hermano Miguel no se le ocurrió otra cosa que meterse un gusanito por la nariz. Y claro, como es tan burro se lo metió tan para adentro que luego se partió y ahora no se lo podía sacar. Se puso muy nervioso y a llorar. Se fue corriendo hacia la cocina que es donde estaban mis padres y rápidamente le metieron la cara debajo del chorro de agua del grifo y después le intentaron sacar lo que quedaba dentro con un sacamocos. ¡Vaya tonto que es! ¡Con lo buenos que están lo gusanitos, ¿por qué se los mete por la nariz? ¡Es que tiene cada cosa! Pasó un buen rato hasta que se quedó tranquilo y todavía estuvo mucho tiempo resoplando por la nariz.

Yo, en cambio, me he portado muy bien. Me como toda la comida. Hago mis tareas. Me visto casi sola ya, aunque es verdad que sigo siendo algo desordenada y descuidada, pero poco a poco parece que estoy consiguiendo serlo menos.

2 comentarios:

Tito David dijo...

Madre mía, veo que no hay un sólo día de tranquilidad estando Miguel alrededor... vaya susto! Menos mal que ahí está Sofía para dar ejemplo, como una buena hermana!

Esperemos que Miguel deje de ser tan travieso con el tiempo...

El papá dijo...

Esperemos...