Llegó el tan deseado viernes, y sí, mi padre cumplió con lo prometido. Vinieron a recogerme del colegio Miguel, mamá y papá y fuimos a tomarnos un helado de turrón al paseo marítimo, tal y como me prometió papá que haría si me ponía la camiseta del Málaga para ir al cole. Esta vez me pedí un cucurucho en lugar de una tarrina. Mi mamá y mi papá sí se pidieron una tarrina cada uno. Miguel probó sólo un poco, pero decía "quema, quema", cuando en realidad lo que ocurría es que estaba muy frío. No le hizo mucha gracia y no quiso probar más.
Desde allí fuimos de compras. Nos hacían falta, a mí y a mi hermano sobretodo, algunos bañadores y accesorios de baños. Echamos buena parte de la tarde de tiendas y después volvimos a casa, a descansar después de tanto ajetreo.
Nos acostamos temprano, teniendo la seguridad de que próximamente iremos un día a la playa. ¡Qué ilusión!
Desde allí fuimos de compras. Nos hacían falta, a mí y a mi hermano sobretodo, algunos bañadores y accesorios de baños. Echamos buena parte de la tarde de tiendas y después volvimos a casa, a descansar después de tanto ajetreo.
Nos acostamos temprano, teniendo la seguridad de que próximamente iremos un día a la playa. ¡Qué ilusión!
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