jueves, 11 de diciembre de 2008

Las cosas en su sitio

El pasado martes fue uno de los días que mis padres llevaban más tiempo esperando. Hice caca en el váter, y yo solita. Estaba jugando en el salón con mi cosas y los dejé todos, me fui al váter, me preparé, me senté e hice caca. Cuando terminé llamé a mi mamá para que me limpiara.

No me preguntéis por qué lo hice porque no sé la respuesta. Mi madre se puso muy contenta, me dio una golosina e incluso una moneda de chocolate y me prometió que cuando papá volviese del trabajo me entregarían un regalo, y así fue. El regalo fue una fabulosa caja de colores y además me devolvieron el chupete grande para dormir y una muñeca. Yo estaba contentísima como es normal.

Mis padres estaban realmente encantados y muy amables conmigo. Una verdadera experiencia a repetir, pero... como sabéis, los niños hacemos cosas sin sentido, absurdas, sin lógica y al día siguiente me volví a hacer caca encima. Ya sé que está mal, por eso voy a intentar volver a hacer caca en su sitio y mi primer paso ha sido prometerlo, y después ya veremos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay que ver que no tienes remedio... bueno, si por fin lo has hecho una vez, con un poco de suerte, le coges gustillo al tema y acabas tomándolo por constumbre. tus papis te lo agradecerán.

Venga, bonita, la caca siempre en el váter!!!

Besos