Los días van pasando y no paramos de hacer actividades, y tenemos tan poco tiempo para estar en casa que cuando estamos en casa no podemos hacer otra cosa que tumbarnos en el sofá y ver la tele, derrotados. Ayer por ejemplo fue un buen ejemplo de lo que digo.
Nos despertamos algo más tarde de lo habitual, sobre las 9:30 de la mañana, y como mamá y Miguel tenían ganas de comer churros salimos los cuatro a desayunar a la calle, y como casi siempre que vamos a desayunar a la calle se vino con nosotros el abuelo Miguel. Tomamos churros en una churrería que hay en el centro. ¡Nos encantan los churros con chocolate! Después volvimos a casa pero sólo un momento para recoger cuatro cosas y cambiarnos algo de ropa. Volvimos a salir hacia la casa de los abuelos Felipe y Pepa que se quedaron con nosotros mientras mis padres fueron al cine en sesión matinal. Los abuelos nos llevaron al parque donde también vino nuestro primo Daniel con sus padres. ¡Qué bien lo pasamos juntos!
Cuando mis padres regresaron del cine no recogieron en el mismo parque y fuimos a almorzar junto con los abuelos y también con mi primita Celia y sus padres, y los padrinos de mi madre. Todos juntos fuimos a almorzar a la Venta de Torreblanca. ¡Qué rico el filete empanado con patatas fritas! ¡Y de postre natillas!
Desde allí bajamos al centro de Fuengirola y en una cafetería del paseo marítimo tomaron mis padres un café. Al terminar, y como comenzaba a hacer fresco, volvimos a casa. Eran más de la seis de la tarde y mi hermano y yo, nada más llegar merendamos y justo después nos dimos un baño calentito y después nos pusimos el pijama, luego nos sentamos en el sofá y casi no nos movimos hasta que llegó la hora de cenar. Una sopa de estrellas y a dormir que hoy había colegio y teníamos muchas actividades.
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