martes, 10 de septiembre de 2013

Pintando la casa

Este verano hemos hecho muchas cosas en casa, algunas más divertidas que otras, pero sin duda una de las que más nos divirtió a mi hermano y a mí fue pintar la casa. Y no me refiero a pintar en un papel con colores, ni a pintar con rotuladores ni bolígrafos, ni siquiera a pintar con pincel y acuarelas, no, este verano hemos ayudado a nuestros padres a pintar la casa, ¿no es emocionante?

Pintar con pintura de verdad y con brocha o rulo son palabras mayores de la pintura, pues hay que tener extremo cuidado en todo lo que se hace. Un brochazo mal dado lo hace cualquiera, pero, en cambio, un brochazo bien rectito, o un rulazo bien derecho, eso ya es otra cosa.

Mi hermano y yo estuvimos un buen rato pintando el salón. ¡Y fue superdivertido! Yo estaba deseando subirme a la escalera y pintar los techos de los baños, pero mi padre dijo que para eso tendría que ser más alta y que además era peligroso, así que me quedé con las ganas, pero en cuanto sea más alta pintaré el techo.

A Miguel también le gustó eso de pintar paredes, y una vez que empezaba a pintar cualquiera le quitaba el rulo.

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