El domingo pasado mientras mi madre y yo nos quedamos en casa tranquilitas mi hermano Miguel y mi padre fueron al fútbol, a La Rosaleda, a ver un partido de fútbol. El Málaga jugaba contra el Rayo Vallecano y al final el Málaga ganó por 5 - 0. ¡Vaya suerte que tiene Miguel!
Desde que Miguel está apuntado al fútbol parece que está más interesado por los equipos, los partidos y los resultados. En cuanto escuchó que mi padre iba a ver el partido del Málaga no hizo otra cosa que decir que quería ir a ver el partido, aunque luego, según cuenta mi padre, ver lo que se dice ver el fútbol lo ve poco, porque o bien está comiendo gusanitos, o pelotazos o tomándose un bifrutas o bien está en el baño o distraído mirando las banderas que ondean los aficionados en el estadio. Cualquier cosa es buena para distraerse. A veces mi padre o a veces mi padrino José, que también estaba allí, cuidaron de él. Dice mi padre que un par de goles sí que los vio en directo. Cuando el Málaga atacaba mi padre le decía a Miguel que mirase y en un par de ellas miró y el Málaga marcó. Y bien que gritó gol.
Éste es el segundo partido que Miguel ve en directo y en los dos que ha visto el Málaga ha ganado. Y no solo eso sino que ha metido 8 goles y sólo ha encajado 1, pues el anterior partido que fue a ver también ganó el Málaga, en aquella ocasión ganó al Deportivo por 3 -1.
Además nuestro amigo Mario junto con su hermano David llevaron al fútbol a Pablo, que es el sobrino de Mario y el hijo mayor de David. Tiene sólo 3 años recién cumplidos y también era su segundo partido. Los dos juntos, Miguel y Pablo, lo pasaron muy pero que muy bien. Hay que decir que en el Málaga, el nuevo delantero, El Hamdaoui, que además jugaba su primer partido ese día, marcó un hat trick, o lo que es lo mismo, marcó tres goles en el mismo partido. Un día importante de verdad.
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