jueves, 8 de agosto de 2013

Jugando al billar

En nuestros cuatro días de vacaciones en El Bosque, no sólo estuvimos todo el tiempo en la piscina, ni sólo fuimos a visitar el río en busca de truchas, no, también jugamos al billar. Cada noche después de volver de cenar en el pueblo, al llegar al hotel, en el gran salón jugábamos una partida de billar. El primer día y el segundo jugó mi padre con nosotros, los cuatro niños, pero después, el último día, se animaron mamá, Sagri y Juani y lo pasamos genial jugando.

El billar es uno de los juegos más complicados que jamás he jugado. Se ve a la gente coger el palo y luego dar un buen golpe a una bola blanca, que a su vez choca contra otra que al final entra por una de las esquinas que parece que es fácil para todo el mundo. ¡Pero que difícil que es meter una sola bola!

Poco a poco, con el paso de los días, medio aprendí a saber coger el palo, pero luego jugar era otra cosa. ¡Imaginad Miguel! ¡Vaya peligro con el palo en la mano!


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