En El Bosque nos bañamos en la piscina, y salíamos a almorzar, y a cenar, y fuimos a visitar el río
Majaceite en busca de ver algunas truchas, y también aprendimos a jugar al billar, no mucho, pero algo aprendimos. Y además de todo esto también fuimos al Circo. ¡La primera vez que Miguel y yo fuimos al Circo! ¡Y también mamá! Al menos que ella recuerde. Mi padre dice que sí ha ido al Circo de pequeño, y más de tres y más de cuatro. ¡Jo, qué suerte!
El Circo es súper divertido y también súper peligroso y, en ocasiones, da un montón de miedo. Comenzó la primera de las actuaciones con el domador dentro de una jaula con un tigre y dos leones. ¡Jo, qué grande que eran las fieras desde la primera fila del circo! ¡Daba miedo ver al domador allí dentro! Una leona se abalanzó contra la jaula y del golpe casi que la desmontó. Mi madre estaba descompuesta y no creáis que no tenía ganas de salir corriendo. ¡Vaya colmillos que tenían los leones y el tigre!
Luego vimos un buen número de atracciones: trapecistas, equilibristas, payasos, y un hombre que lanzaba fuego y cuchillos por encima de su cabeza y luego los cogía con la mano a una velocidad tan rápida que daba vértigo ver como lo hacía. ¡Qué gran actuación!
Además vimos algunos animales exóticos como búfalos y llamas. ¡Vaya cuernos que tenían los búfalos! En el descanso salieron Bob Esponja primero y Dora la Exploradora a chocarnos las manos. ¡Qué contento estaba Miguel chocando con Bob Esponja!
Jaime y Miguel estaban encantados con todo lo que vieron, y a Dani y a mí nos gustaron unas más que otras.
A mi padre le gustó ver al domador y a las fieras y a mi madre lo que menos. ¡Circo para todos los gustos!