domingo, 24 de mayo de 2015

En la Cueva de Nerja

Habíamos escuchado mi hermano Miguel y yo que en Nerja había unas cuevas y que mis padres ya habían estado y que cualquier día de estos nos iban a llevar. Fueron pasando los días y tanto mi hermano como yo lo habíamos olvidado por completo, pero nuestros padres no olvidan tan fácilmente y en cuanto se les presentó la ocasión, el primer día de mayo, no lo dudaron y junto con nuestros amigos Dani y Jaime -y Gabriel y sus padres, claro- nos plantamos en un salto en Nerja.

Lo primero que tenemos que decir es que mi hermano y yo no paramos de darles las gracias a nuestros padres por llevarnos allí. ¡Es una cueva espectacular! No se nos pasó nunca por la cabeza que una cueva pudiera ser tan asombrosamente enorme. No lo podíamos imaginar. Ni nosotros ni nuestros amigos.

Como Gabriel es aún muy pequeño y va en carrito y allí no se permite la entrada de carros, porque hay muchísimas escaleras, Gabriel se quedó fuera de la Cueva, con su madre, mientras que Dani, Jaime y su padre Miguel entraron junto con nosotros. Miguelito entró gratis porque estaba en el límite de edad, pero de ahora en adelante no vamos a tener más remedio que pagar entradas también por él. ¡Es lo que tiene hacerse mayor!

En realidad, tras unos reajustes en los horarios, fuimos primero a almorzar a una pizzería, donde comimos muy bien y donde también se disfrutaba de unas vistas extraordinarias hacia el mar y hacia el Balcón de Europa. Después de comer, para bajar la comida, paseamos un rato por el Balcón de Europa y nos tomamos unos helados e hicimos fotos hasta cansarnos y fue entonces cuando fuimos a la Cueva de Nerja. Una visita muy pero que muy recomendable.

Durante el camino de vuelta, no muy lejos de Nerja, paramos en un chiringuito que también tenía unas vistas espectaculares para tomar la merienda. Ya de vuelta a casa todos echamos una cabezadita en el coche, bueno, todos menos papá, claro, que estaba conduciendo.

viernes, 22 de mayo de 2015

En el cine

El fin de semana siguiente de mi cumpleaños fuimos al cine. Algo que yo tenía muchas ganas de hacer desde hacía mucho tiempo, pero es que además, en esta ocasión, fui con mis amigos del colegio y algunos primos, aparte de mi hermano Miguel, mi madre y mi abuela Pepa, a la que le hacía ilusión ir al cine. También vinieron mis primos Daniel y Natalia, además mis amigas del cole María del Mar, Lidia, Marta y Ana, también vino mi amiguita Elena, y mis vecinos Óliver y Carmen. Espero no olvidarme a nadie. Vimos la película de Cenicienta. Algunos de los que vinieron ya la habían visto pero como es tan chula, estaban encantados de verla por segunda vez.

Después del cine fuimos al Burger King que está justo al lado, donde ya nos unimos con un montón de gente más, como el resto de primos, incluyendo a mis primas Celia, Laura y Martina o mi primo Lucas,  que son muy pequeños para aguantar una película entera, aunque mi prima Celia sí que aguanta lo que pasa es que ella ya la había visto. También vinieron mis abuelos, Miguel y Felipe, que vinieron a tomar hamburguesas con nosotros, y algunos titos que tenían que cuidar a los más pequeños. Incluso tomamos tarta y café allí. Pasamos un día fabuloso todos juntos.



miércoles, 20 de mayo de 2015

El cumpleaños de Sofía

Era el día de mi cumpleaños y me desperté un poco antes porque estaba algo nerviosa. La noche anterior mis padres y mi hermano me habían regalado un par de regalos. En el pasillo, junto a la mochila, tenía preparada una gran caja de bombones para llevar a clase y compartir con mis compañeros. Me encantó ir repartiéndolos entre toda la clase, e incluso tuve la precaución de guardarle uno a mi hermano que se lo di en el recreo. 

Al terminar no fuimos al comedor pues mi padre vino a recogernos. Se había pedido la tarde libre en el trabajo porque era mi cumpleaños y nada más sonar la sirena y me asomé por la puerta y ya estaba allí. Se lo dije a mi hermano y fuimos andando para la casa porque teníamos que hacer algunas cosas como soltar las mochilas y arreglarnos un poco.

Nada más llegar a casa hice los deberes y papá las camas y Miguel, pues... a jugar al ipad, porque no traía deberes y en cuanto fueron las tres de la tarde, y mamá salió del trabajo, nos llamó para que nos bajáramos al portal porque íbamos a ir a almorzar a un restaurante que elegiría yo. Elegí una pizzería que hay en el paseo marítimo y que tiene una lasagna que me encanta. La Pizzería Ramazzotti. ¡Qué rica estaba! No quisimos tomar postre allí porque mamá iba a comprar una tarta de chocolate para esa tarde en casa y ya iba a ser demasiado, sin embargo, como mis padres les dijeron a los camareros que era mi cumpleaños nos invitaron a unos bombones helados con una vela incluso. ¡Qué divertido!

Desde el restaurante, y sin tiempo para bajar la comida, fuimos directos al campo Elola, donde Miguel tenía fútbol y yo pádel. ¡Qué sano es practicar un deporte!

Luego por la tarde vinieron a casa mis padrinos, y luego el abuelo Miguel y más tarde mis abuelos Pepa y Felipe, pues todos quisieron darme la felicitación por mi cumpleaños en persona y traerme un regalito ¡Vaya día tan bueno de cumpleaños!

Pd: últimamente vamos con mucho retraso y casi pasa un mes desde mi cumpleaños hasta que escribo la entrada. ¡Jo, cómo pasa el tiempo!