martes, 13 de enero de 2015

Cosas por Bélgica

En nuestro viaje a Bélgica hicimos muchas cosas divertidas y que no habíamos hecho antes. Lo primero fue montar en avión. Luego visitamos el Museo de Ciencias Naturales de Bruselas, que ofrecía la mayor exposición de dinosaurios de Europa. Fue increíble imaginar lo inmensos que eran los dinosaurios.

Tomamos gofres, muchos gofres y estaban buenísimos. También nos montamos en una noria, la más alta de Europa o del mundo, no lo recuerdo ahora. Mi madre, que se montó, aunque no debería haberlo hecho, estaba asustadísima y casi rezando para que la noria parara, mientras mi hermano y yo lo pasamos genial.

También visitamos el Atomium que es súper divertido. Ya desde fuera cuesta imaginar que fuese un edificio, o un monumento o lo que quiera que sea, pero que tuviera un ascensor y escaleras mecánicas por dentro parecía increíble. El Manneken Pis es chiquitín y gracioso y ahora cada vez que Miguel hace pipí en la calle decimos que está haciendo un Manneken Pis. ¿no es gracioso?

Una de las cosas que más me ha gustado, si no la que más, es ver el espectáculo navideño de luces en la Grand Place. ¡Y lo vimos por lo menos cuatro veces! Brujas es una ciudad de cuento de hada, con canales, castillos, plazas y casas preciosas. ¡Me encantó!

Montamos en avión, en tren, en metro, en taxi, en barca, en autobús y visitamos muchísimos mercadillos navideños, además de la catedral y el Begijnhof  de Brujas, donde dimos de comer a los patos y a los cisnes. ¡Vaya viaje!

El hotel también estuvo muy chulo y dormimos en una litera. Mi hermano abajo y yo arriba. ¡Ventajas que tiene ser mayor!

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