miércoles, 5 de junio de 2013

Piedras de la playa

El domingo llegó el día que tanto llevábamos esperando en casa. Llegó el primer día de playa de la temporada.

El primer día de playa siempre es muy ilusionante. Vestirse con ropa de playa, las chanclas,  reencontrarnos  con nuestras palas y cubos de la playa, las toallas, la arena... me encanta la playa. A mí y a mi hermano nos encanta la playa. Este año yo me he propuesto nadar mejor que el año pasado. Cada vez lo hago mejor. Mi hermano dice que este año va a aprender a nadar mejor que el año pasado y que ya mismo me va a ganar. ¡No se lo cree ni él! Mi padre dice que este año me va a enseñar a nadar de espaldas. ¡Jo, qué difícil debe ser eso!

A la playa también vino mis abuelos Pepa y Felipe y también tito Chiqui y tita Rosi y Daniel, claro. ¡Todos lo pasamo muy bien! Comimos un bocadillo de tortilla de patatas y también bizcocho que trajo la abuela. ¡Qué bien nos lo montamos!

Además, durante este año, cada vez que vayamos a la playa vamos a traernos para casa una piedra de recuerdo. Una chiquitita y negrita, que quede bien en un jarrón que tenemos en casa. La idea ha sido de papá y dice que así vamos a poder saber cuantos días hemos ido a la playa al final del verano. ¿No es una gran idea?

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