Dice mi padre que mi hermano en lugar de piernas parece que tiene ancas, está todo el día saltando, o corriendo y no solamente se cae, sino que además se tira. ¡Le encanta! Nadie lo entiende pero cuando todos giramos un ángulo al andar, Miguelito da un brinco levantando las piernas, y siempre está a punto de pegársela, y muchas de ellas, en realidad, se la pega, y se levanta rapidísimo diciendo que no le ha dolido, aunque esté con las lágrimas a punto de escapársele. Es un bruto como él solo.
Con esa manera de actuar lo normal es estar siempre magullado por todas partes. No es capaz de estarse quieto en un sitio ni dos minutos. Dice mi padre que por ejemplo el otro día en la fiesta final de curso Miguel primero me cansó a mí, después cansó a mis padres, luego cansó a todos sus amigos y finalmente cansó hasta a todos mi amigos. No paró de jugar en todo el rato. Corre y corre y corre y corre y está todo el rato corriendo. ¡Parece que no sabe andar! Y por más heridas que tenga nada le parece molestar.
Aquí os pongo una foto de las piernas de Miguel un día cualquiera... justo después de salir del baño, con las piernas limpitas.