Habíamos pasado la Nochebuena en casa de los abuelos Pepa y Felipe con toda la familia, y el día de Navidad en casa de mis padrinos MariCarmen y José. Pero para fin de año mis padres decidieron salir a conocer algo nuevo, visitar uno de esos rincones que hay por ahí que no conocemos y que seguro que son preciosos.
Alquilaron un piso junto con los padres de Daniel, Jaime y Gabriel, en Montefrío. Fue Daniel el que lo encontró buscando por Internet y la verdad es que acertó. Montefrío es un pueblo de la provincia de Granada muy bonito y muy curioso, aunque con bastante frío -como podíamos suponer del nombre- a pesar de que hizo un tiempo muy bueno y pudimos pasear muy bien. Montefrío se ha convertido desde hace poco tiempo en un destino muy turístico, desde que un artículo de la famosa revista National Geographic la incluyera en la lista de los diez pueblos con las mejores vistas del mundo. ¡Y bien que lo merece estar! Además nos gustó mucho visitar la Iglesia de la Encarnación, que según mi padre se parece mucho a un edificio muy importante que hay en Roma, el Pantheón de Agripa. Era precioso por dentro y sobre todo por fuera.
Además de Montefrío fuimos a visitar el Castillo de La Mota en Alcalá la Real. ¡Vaya fortaleza más espectacular! Era gigante y mi hermano y yo junto con nuestros amigos lo pasamos genial allí dentro. Sólo estuvimos en Montefrío dos días, pero lo pasamos genial viendo cosas nuevas. Y en la fiesta de fin de año fuimos al mesón de Curro Lucena, a una gran cena de cotillón, donde lo pasamos súper bien. Había incluso un grupo de cinco chicas que cantaban y amenizaban la comida y luego iniciaban la fiesta. Se llamaban Las Bohemyans. Todo fue muy chulo.