Los días van pasando tan rápidamente que cuando te das cuenta han pasado las semanas, y las semanas, a su vez, van con tanta prisa que los meses pasan sin darte cuenta. Y así, sin darnos cuentas hemos llegado a las navidades directos casi desde el verano, y nuestro estupendo viaje a París y Disneyland.
Pero no creáis que no hemos hecho nada, al contrario, no hemos parado de vivir experiencias.
A finales de verano, estando todavía de vacaciones, fuimos a celebrar el cumpleaños del tito padre, José Luis, a una casa con piscina que tiene en Torrox. ¡Qué bien lo pasamos!
En septiembre celebramos el cumpleaños de mamá, en el parque cerca de casa, con su familia, y también en el restaurante chino los cuatro juntos y lo pasamos muy bien en las dos celebraciones.
El octavo cumpleaños de Miguelito lo celebramos en un parque de bolas -al que a él le gusta- con sus amigos del cole y del fútbol. Y también fuimos un día a la pizzería que él quería y por supuesto a la feria, que empieza el día de su cumpleaños.
También celebramos el cumpleaños de mi padrino José Miguel y la abuela Pepa se operó la rodilla y ya está casi totalmente mejorada.
Y ahora ya, de repente, estamos en Navidad. Las notas de mi hermano y la mía son muy buenas y nuestros padres están muy contentos. Ahora solo hace falta que seamos más ordenados.
Y antes de olvidarme, os deseamos felices fiestas a todos. Un beso muy grande.