Llegó el día de mi cumpleaños y cayó en sábado y no tuve que ir al colegio. Mis padres me entregaron sus regalos de cumpleaños la noche anterior, que como siempre me encantaron, y les pedí ir a almorzar a mi pizzería favorita, que está en el paseo marítimo de Fuengirola donde cocinan una lasagna que está riquísima. Así que allí nos plantamos. ¡Qué bien comimos! Y además hizo un día estupendo. Muy soleado pero fresquito.
Desde allí fuimos a tomar helado a Tita Fina, otro sitio de los que están entre mis favoritos, donde me tomé un helado bien rico. Después toda la tarde en casa, pasándolo bien, donde mis padres y mi hermano me sorprendieron con una tarta y me cantaron feliz cumpleaños. Incluso soplé las velas. El resto de la tarde lo pasé con mis cosas y disfrutando, porque la verdadera fiesta de mi cumpleaños la celebré el jueves siguiente.
Ya hacía tiempo que tenía ganas de celebrar mi cumpleaños en una bolera en la que yo había estado en otro cumpleaños. Así que desde hacía unas semanas que teníamos reservada la bolera para celebrar mi cumple. En la bolera, además de varias boleras, hay futbolines, mesas de billar y cosas así. Sitio de sobra para que todo el mundo lo pasara estupendo. Vinieron todos mis primos menos Natalia, que juntos con mis tíos tenían un viaje pendiente al día siguiente, los abuelos estuvieron y casi todos mis titos. ¡Y mis padrinos claro! También vinieron algunas amigas mías del cole con las que me lo pasé muy bien. En definitiva fue un cumpleaños muy bien celebrado y donde me lo pasé superrequetebien!!