El domingo por la mañana Miguelito se despertó el primero, como casi siempre, pero yo no me enteré de nada, estaba profundamente dormida, mis padres, para que no me despertara se lo llevaron a su cuarto, pero él no hacía otra cosa que gritar Sofía desde la cama de mis padres. En cuanto lo pusieron en el suelo, salió corriendo para subirse a mi cama y gritarme Sofía en el oído. Vaya manera de despertarse. Menos mal que yo tengo siempre un buen despertar.

Una vez sentada en mi butaca, disfrutando de mis palomitas, descubrieron, al darse cuenta de que yo sabía todo lo que iba a pasar, que ya la había visto. Sí, mi padrino me la puso en la casa rural. ¡Vaya sorpresa se llevaron! Pero a mí me encantó verla de nuevo en el cine.
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