Últimamente no ganamos para sustos en casa. Primero fue la noticia de que Nacho, el ahijado de mis padres, un casiprimo mío, se había dado un golpe en la cabeza tan grande que lo tuvieron que llevar a urgencias, y una vez allí, el médico decidió que se quedara en el hospital ingresado y a pasar la noche, que al final fueron dos noches.
Otro susto lo dio Miguel que se cayó nadie sabe cómo dándose un golpe en la cara. Pero cuando se quitó la mano de la cara tenía sangre en el ojo, o eso parecía, pero al lavarle la cara se pudo ver que tenía una brecha junto al ojo, pero no dentro del ojo. Menos mal. Desde luego que se merece todo lo que le pasa, porque no hace caso a nadie. Si le dices que se esté quieto hace cualquier cosa menos justamente eso. Valiente desobediente.
Al final hubo suerte y las dos cosas, la de Nacho y la de mi hermano, se quedaron en un susto.
3 comentarios:
Vaya tela, que no ganamos para sustos... está claro que los niños son más brutos jugando y tienen menos cuidado a hacerse daño... en fin, supongo que es cosa de la edad, así que desde aquí, simplemente mando un cariñoso abrazo para que los dos se recuperen de sus "cositas" rápidamente...
de la foto, pese a lo feo de la herida, me hace ver por detrás a Sofía, tumbada en el sofá, viendo los dibus... jajajaja
Besos para los dos!!!
"Me hace gracia ver", quería decir en el anterior post...
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