A mí me encantó el paseo viendo árboles, cruzando puentes, comiendo mandarinas del árbol que daba mandarinas, ¡y qué ricas estaban!, incluso nos lavamos las manos en un arrollo. ¡Qué emocionante! Además, también vimos una exposición de muñecas Barbies, chulísima. Tanto andar abrió nuestro apetito pues fuimos a media mañana, antes del almuerzo. Todos decidimos que sería una buena idea ir a una venta y ni cortos ni perezosos nos plantamos en la Venta Talillas, en Villanueva del Trabuco, a un paseo en coche y allí mi hermano y yo devoramos la comida. Los mayores que tienen más paciencia esperaron a comer choto, que es una carne que me gustó más de lo que yo pensaba. Estaba riquísima. Mi padre dijo que otro día teníamos que volver.
Después todo fue una dulce siesta hasta casa. ¡Qué buen día pasamos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario