El viernes pasado salimos a la calle Papá, Miguel y yo en busca de unas cuantas bombillas que se habían fundido y nos habíamos quedado sin reservas para sustituirlas. Fuimos andando a pesar de que hacía mucho calor, aunque eso sí, fuimos buscando las aceras con más sombra. Durante el camino y especialmente en la tienda, mi padre nos prometió que si nos portábamos perfectamente, y la palabra es muy importante, porque papá decía que bien no era suficiente, sino que teníamos que hacerlo perfectamente, entonces, si conseguíamos portarnos perfectamente, en ese caso y sólo en ese caso, nos llevaría a la biblioteca.
Ahora tenemos un tiempo para leerlos y disfrutar de ellos, pero sobretodo hay que tener mucho cuidado con ellos porque después tenemos que devolverlos y puede que detrás de nosotros otros niños quieran leerlos. ¿No es divertido?
1 comentario:
Eso está genial. La verdad es que por mucho que hoy podamos acceder a todo por internet y por el ordenador, el encanto de los libros y de las bibliotecas no se puede perder.
Un besito.
Publicar un comentario