
En casa de los abuelos lo hemos pasado superbien porque aparte de que nos dejan ir a la cama más tarde, y de que podemos ver los dibujos todo lo que queramos, nos cuidan como si fuésemos reyes. Nos hacen las comidas que más nos gustan y nos dejan estar todo el rato tirados en el sofá sin hacer nada, aunque mis padres ya nos habían leído la cartilla ante de "escaparse", y cada día, cuando llamaban, nos la recordaban una y otra vez, especialmente a Miguelito, que le han dicho mil y una veces que no tenga la mano tan larga, porque cuando menos te lo esperas te suelta una buena torta. Y mi padre dice que no lo hace sin querer, porque bien que a mis padres no les pega. Papá dice que sabe muy bien lo que se hace. Pero bueno, al final, se portó bastante bien.
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