Una mañana que nos quedamos en casa hicimos un puzle. Miguel estaba entretenido viendo la tele, tirado en el sofá, y Nacho y yo decidimos hacer un puzle que yo tenía en mi estantería y de tanto verlo no le hacía el más mínimo caso. Cuando Nacho y yo hicimos el puzle los dos solos, sin la ayuda de nadie, me puse muy contenta. Aun cuando Nacho ya se había ido, todavía lo hice yo sola una vez más.
En este blog solía contarles muchas de las cosas que hacíamos mi hermano y yo. Él se llama Miguel y yo Sofía. Ahora hago más o menos lo mismo; pero como ya somos adolescentes, es... algo distinto.
martes, 28 de agosto de 2012
El puzle de 125 piezas
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