Pensaba contar que el fin de semana fue muy tranquilo, que fuimos todos juntos al rastrillo y que como tanto Miguel como yo nos portamos bien mis padres nos compraron allí una Barbie para mí y una excavadora amarilla para Miguelito. Ellos se trajeron tres libros.
Pero voy a tener que confesar que hoy, mientras mi hermano y yo jugábamos, sin querer tiramos las cortinas al suelo. ¡Otra vez! Papá pensaba ir a comprar al Mercadona después del trabajo, pero mamá lo llamó al trabajo para decirle que no se retrasase y que viniera directamente a casa. Gracias a Dios papá lo arregló, aunque le costó más que la otra vez.
Mamá se puso como una loca y gritó tanto cuando lo vió que se ha quedado un poco ronca. Miguel y yo estamos muy arrepentidos y hemos prometido no volverlo a hacer... espero.
2 comentarios:
¡¡¡Dios míoooo!!! Que me quedo sin casa...
Madre mía! No tenéis peligro ni nada!!! Menos mal que poco a poco os vais haciendo más mayores y os iréis portando mejor, ya que cuando sois pequeños, no tenéis conciencia de las cosas... es lo bonito de ser pequeño!!!!
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